En los momentos de la verdad, en aquellos donde hace falta algo de humanidad, se ve la clase de persona que puede llegar a ser un individuo. Resulta que la pareja de una etarra apuñala a la hija de ésta y no pasa como cuando ellos, los terroristas y sus marcas políticas, hacen o dicen una barbaridad donde hay una alegría desbordante por parte de la extrema izquierda y grupos radicales. No; las personas de verdad, tanto en redes sociales como en vivo, nunca nos alegraremos del mal a otro ser humano y condenamos el intento de asesinato de una niña porque ellos, los inocentes, son lo más sagrado que hay.
Después vez las cosas y te das cuenta de todo el mal posible que han hecho los asesinos, un mal que celebraban con botellas de champan, matando a personas delante de sus propios hijos, asesinando a embarazadas o causando masacres como las de Hipercor donde también murieron niños. Y después hay unos miserables que sorpresivamente (o no tanto) hablan de causas políticas o de una especie de olvido; un perdón sin que ellos, los asesinos, pidan perdón ni se entreguen porque estamos en "otro momento político" y es licito pedir acercamiento de presos y todas esas cosas. Lo que es seguro es que esta tipa sufrirá como ella y muchos como ella ha hecho sufrir a cientos de personas por sus asesinatos.
Que les pregunten a los que en vivo vieron asesinar a sus padres o hermanos mayores, a los que la banda dejo huerfanos si quieren un acercamiento de presos y verán que les contestan. Al menos sus familiares están vivos y no a tres metros bajo tierra. Sí; nosotros no somos como ellos. Nosotros no nos alegramos del mal ajeno, ni celebramos el asesinato de inocentes... No; no somos como ellos.
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