Tradicionalmente la cultura occidental ha definido a un bárbaro como alguien sin cultura o lejos de lo que entendemos los postulados de nuestras creencias y saberes. También se define como bárbaro a alguien violento o cruel, pero ¿de dónde vienen tales definiciones?
En primer lugar la palabra Bárbaro procede del griego (βάρβαρος)
y su traducción literal es "el que balbucea". Los antiguos helenos utilizaban este término para referirse a personas extranjeras, que no
hablaban el griego y latín y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible. Sería a partir de los escritor de Isócrates,
cuando se concibió a los bárbaros
no como simples "extranjeros que balbucean", sino como individuos que carecían de educación, independientemente de su lugar de nacimiento.
Con la instauración del Imperio Romano se considero bárbaro a todo aquel que no hubiese nacido bajo el poder imperial o con el que luchaban o conquistaban tales como los galos o los germanos. Cuando precisamente, las tribus procedentes de las germanías o los hunos llegaron a poner en jaque al mismísimo Imperio en una época de crisis tanto social como económica para Roma, dadas las tropelías, asesinatos e incendios que provocaban, se los tacho de bárbaros, aludiendo no sólo al idioma, sino a la brutalidad empleada por estas tribus.
Aún con la desaparición del Imperio Romano de Occidente, este concepto de bárbaro quedaría para la posteridad y más adelante, la etnología y antropología tradicionales, con una terminología ya desfasada y claramente con una visión eurocéntrica de las sociedades primitivas, denominó barbarie a un estadio de evolución cultural de las sociedades humanas, que se encuentran entre el salvajismo y la civilización.
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