Era una época la de principios del Siglo XX donde se estaban viviendo cambios a nivel social en España tanto en la forma de pensar como en las costumbres. Una de ellas sería el interés que despertó cierto deporte que venía de Inglaterra, el foot-ball en el que unos hombres en "paños menores" (noticias de aquellos años) tenían que meter una pelota entre tres palos. Este deporte, que había recalado en la Península Ibérica gracias a los mineros de Río Tinto, que fundaron el Huelva Recreation Club (el Recreativo de Huelva), tendría diferentes evoluciones dependiendo en la zona en la que se jugara, aunque siempre bajo las sabias enseñanzas de los ingleses que vivían en España. Uno de esos hombres sería Arthur Johnson.
Poco sabemos de este hombre, pero si que que fue uno de los fundadores del Madrid Foot-ball Club, el futuro Real Madrid. Mister Johnson, apenas jugó a nivel oficial tres partidos con un gol (anotado al Barcelona) en el club blanco, pero su contribución no fue tanto como jugador, sino como aleccionador de aquellos que querían jugar a ese tan deporte tan inglés que era el fútbol.
Algunos ponen a Johnson como el primer entrenador no sólo del equipo madrileño, sino de toda la historia del balompié hispano, pero lo cierto es que todavía se estaba muy lejos de aquello. Lo que si podemos decir es que al no haber posiciones definidas como la de entrenador en los
comienzos del foot-ball en España, el jugador más experimentado en el club o con conocimientos superiores de este deporte,
desempeñaba diversas funciones compaginando varios puestos según
requisiese el partido o la entidad. En ese caso Johnson aprovechó sus conocimientos traídos de un fútbol tan aventajado como el anglosajón (los cuales eran profesionales y ya tenían Selección Nacional propia) que ayudaron a que el
club blanco tuviese un rápido crecimiento deportivo en sus primeros años
convirtiéndose ya entonces en uno de los mejores equipos españoles, llegando a conseguir cuatro Copas de España de forma consecutiva.
Mister Johnson trajo un poco de orden en el anárquico mundo del fútbol de la península en aquel entonces
mientras formaba parte de la plantilla del club madrileño. El inglés, que hasta donde sabemos permaneció en el club hasta 1920 sin saber su año de fallecimiento (lo curioso es que se dice que se casó un Sábado para jugar un partido pocas horas después), publicó un artículo con unas reglas básicas entre las que consideraba, con razón como se demostró años después con las primeras
bases internacionales del foot-ball, que éste era un deporte necesario de
posiciones fijas para cada integrante del equipo dentro del terreno de
juego:
-“Un partido no debe empezarse a jugar sin que cada team tuviera elegido de antemano su respectivo jefe para que éste ordenara y distribuyera a sus hombres como mejor tuviera conveniente. Esta medida tendría además la ventaja de evitar la excesiva charla y discusiones que por desgracia ahora existen”
-“Los jugadores deberán jugar siempre en el mismo puesto y no cambiarse de unos a otros, siendo la principal ventaja de esta medida el conocer cada jugador el juego de sus compañeros y aprender a ayudarlos en caso de necesidad o peligro. El sistema empleado actualmente de que cada jugador cambie continuamente de sitio no es football”
-“Los jugadores deberían emplear más astucia y agilidad en volver la pelota al juego cuando ésta se sale de las líneas que limitan el campo. Si se llevara esto a cabo bastaría con una hora u hora y media de juego en lugar de las dos o tres que ahora se emplean y que principalmente se dedican a conversaciones, fumar, etcétera”
-“Debería también darse mayor atención a la ‘combination’ pues en la actualidad brilla por su ausencia”
Arthur Johnson, Madrid. Heraldo del Sport
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