La vergonzosa batalla de Santiago

"Buenas tardes. El juego que están por presenciar es la exhibición de fútbol más estúpida, espantosa, desagradable y vergonzosa, posiblemente, en la historia de este deporte"

David Coleman, locutor inglés

La cosa venía de largo. Para el Campeonato Mundial de fútbol de 1962 una de las candidatas era Chile. Durante ese tiempo los periodistas italianos Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli escribieron una nota para el periódico "Il Resto del Carlino" hablando sobre la precaria situación de Santiago de Chile. 

El titulo ya de por si era llamativo: "Santiago, el confín del mundo: La infinita tristeza de la capital chilena".  Un extrato del mismo: 

"Desde que estoy en Chile tengo la curiosa sensación de llevar el mundo sobre mis espaldas. Se le siente encima igual que la tristeza de los habitantes, y ello provoca un malestar curioso que se agrava por los enormes saltos de temperatura [...] La sangre se torna torpe y parece faltar en las venas, y después de permanecer algún tiempo en Chile uno se siente extraño a todo y a todos. El virus de la lejanía más abandonada, más solitaria, más anónima, se mete en el ánimo de todos y creo que ello incidirá en el estado anímico de los atletas.
En vano los chilenos, como para consolar a los italianos, dicen que Santiago se parece a Turín [...] Y ello tal vez para tratar de hacer olvidar la realidad de ésta capital, que es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria... Bajo estos aspectos Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad anónima"

La nota provocó indignación en los medios de comunicación chilenos, que consideraron una afrenta la descripción tercermundista que hacían los italianos. Pues resulta que Chile acabó siendo elegida como sede del Mundial y precisamente sería emparejada Italia con Chile en el grupo 2 con Suiza y Alemania Federal. En el primer partido del grupo, Chile logró derrotar al combinado helvético por 3-1, mientras itálianos y alemanes empataron a 0. El siguiente enfrentaría a chilenos e italianos y la publicación local "El Mercurio" reprodujo el artículo italiano para enardecer el ambiente en contra del conjunto visitante.

El partido fue la cosa más vergonzosa que ha podido darse en la historia del fútbol. A los siete minutos, un violento golpe del delantero Giorgio Ferrini al chileno Honorino Landa provocó la primera expulsión por parte del árbitro Aston. Ferrini se negó a abandonar la cancha, por lo que fue necesaria la intervención de personal de Carabineros de Chile, procediendo a su arresto. 

Giorgio Ferrini es detenido por Carabineros de Chile

Bastarían minutos para que fuera el mismo Landa el que cometiera una falta gravisima, siendo perdonado por el árbitro. El partido comenzaría a desarrollarse lentamente debido a que continuamente se detenía producto de una falta que provocaba discusiones y disputas entre los jugadores. A partir de ahí, patadas voladoras, puñetazos, discusiones fueron la tónica dominante de un partido donde el defensa italiano Mario David fue también expulsado, aunque pudieron ser más, siendo posteriormente muy criticado el arbitro debido a la permisibidad mostrada con los chilenos. El propio Aston llegó a decir que, ante el cariz violento de la propia grada, pensó en suspender el evento, pero no lo hizo por temor a un motín.

"No estaba arbitrando un partido de fútbol, estaba actuando como un juez en un conflicto militar"

Chile ganó el partido 2-0, pero todos habían (habíamos) perdido presenciando un espectáculo lamentable, pasando este encuentro a la historia como la batalla de Santiago, un lunar negro en la historia del fútbol; un lunar que avergonzó a todos. 

PD: Siendo honestos, el Mundial de Chile de 1962 es considerado como uno de los más rácanos y violentos de la historia con partidos como el relatado el Yugoslavia-Unión Soviética (dos países comunistas en aquel momento). El gran "Pelé" sería brutalmente lesionado en el segundo partido, no pudiendo jugar el resto de encuentros de un campeonato que Brasil conseguiría por segunda vez consecutiva, destacando entre los brasileños el finisimo regateador "Garrincha".