Lope de Vega"No era tan blanco en Granada
Juan Latino, que a la hija
de un veinticuatro enseñaba;
y con ser negro y esclavo
porque era su madre esclava
del claro Duque de Sessa,
honor de España y de Italia,
vino a casarse con ella
que gramática estudiaba,
y la enseñó a conjugar
en llegando al amo, amas"
Su nombre era Juan de Sessa; natural de Cabra, en la provincia de Cordoba, nació en 1518. Poco podía esperarse que alcanzara tan grandes cotas. Era de padres esclavos (por lo que él también lo era) y de raza negra.
Efectivamente. Juan era hijo de sirvientes negros, los cuales pertenecían al IV Conde de Cabra, Luis Fernández de Córdoba y a la II Duquesa de Sessa (del que tomó su apellido de nacimiento), Elvira Fernández de Córdoba, estudió en Granada, siendo educado e instruido allí en las artes liberales junto a Gonzalo, hijo de su Señor y con el que entabló una gran amistad, convirtiéndose en bachiller de forma algo tardía (a los 28 años) por sus quehaceres. Y sí; sus señores eran descendientes de don Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.
Cuando acompañó a Gónzalo a sus clases en la Universidad de Granada, pudo seguirlas, a pesar de que "no le estaba permitido entrar en las aulas y tenía que escuchar desde fuera". Sin embargo, no sólo ganó en años, sino en cultura.
Juan al que todo el mundo conoció (y conoce) como Juan Latino, comenzó a destacar precisamente por sus obras en latin con poemas que se resumen en tres volúmenes:
- "Epigramas" (Ad catholicum pariter... Philippum, Deque Sanctissimi Pii Quinti... y Austrias Carmen, 1573.): composiciones dedicadas al presumible heredero de la Coron, Fernando, hijo de Felipe II y al Papa Pio, aparte de su obra más extensa Austriadis Carmen, la primera obra poética con fecha comprobada, la cual se refiere a la Gloriosa batalla de Lepanto.
- "De Translatione Corporum Regalium" (1576): detallado relato del traslado de los cuerpos reales que se hallaban en Granada al Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
- Ad Excellentissimum et Invictissimum D. D. Gonzalum Ferdinandez a Corduba, (1585): elegía muy sentida a su protector don Gónzalo Fernández de Córdoba, nieto del Gran Capitán, con el que (como ya comenté) estudió en Granada.
Si en algo destaca don Juan Latino es no ya sólo por su comprobada cultura, sino porque de manos del Arzobispo de Granada, don Pedro Guerrero, recibió la cátedra de Gramática y de Lengua Latina de la Universidad de Granada, sucediendo precisamente al que había sido su profesor, Pedro de la Mota. Dicho cargo lo desempeñó Juan Latino durante veinte años. Así fue la primera persona de raza negra no sólo en recibir estudios universitarios, sino en ser catedrático.
El dramaturgo sevillano Diego Jimenez del Enciso se fijó en su historia para componer una obra sobre él y sus amores con su alumna y la que sería su esposa, la cual era de raza blanca, la joven Ana Carleval, en la comedia titulada "Juan Latino". Un caso curioso que no podía haberse dado en cualquier Imperio, de antes y después de España e incluso grandes potencias como los Estados Unidos de América hasta bien poco: una relación interracial.
Así el Amor de Juan y Ana fructificó, casándose (se cree que en 1547 o 1548), algo relevante, puesto que ella era una dama distinguida, hija de un veinticuatro (cargo propio de algunas corporaciones municipales de España, que hoy en día sería equivalente a un regidor o concejal). Pero no se engañen: cuentan que la relación entre Juan y Ana se movió por un enamoramiento sincero entre ambos, cosa no muy frecuente en la época. El matrimonio tuvo cuatro preciosos hijos mulatos.
Así el Amor de Juan y Ana fructificó, casándose (se cree que en 1547 o 1548), algo relevante, puesto que ella era una dama distinguida, hija de un veinticuatro (cargo propio de algunas corporaciones municipales de España, que hoy en día sería equivalente a un regidor o concejal). Pero no se engañen: cuentan que la relación entre Juan y Ana se movió por un enamoramiento sincero entre ambos, cosa no muy frecuente en la época. El matrimonio tuvo cuatro preciosos hijos mulatos.
En 1578 murió su protector, amigo y hermanastro (eso último según cuentan los mentideros), don Gonzalo, algo que, según cuentan, le dolió en el Alma porque le tenía un gran cariño. La historia del catedrático negro casado con una mujer blanca corrió como la pólvora por toda la Península (bien pudo conocer a Garcilaso o Juan Rufo cuando éstos estuvieron en Granada), llegando a ser nombrado por Cervantes en el prólogo de su Quijote (al que se refiere como un hombre versado en latines) e incluso Lope le dedicó un poema (con el que comencé este post), reconociendosele como uno de las grandes personalidades de aquellos años. Allí en la eterna Granada falleció en 1596 el hombre que pasó de ser un simple hijo de esclavos de origen africano y raza negra a catedrático y poeta; un hombre respetado.
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