El día 28 de Julio de 1989 tuvo lugar una noticia curiosa. Un furgón de la empresa Candi con más de 300 millones de pesetas había sido robado por uno de sus conductores, del que se cometaba se había fugado fuera de España sin conocerse el paradero. El conductor en cuestión se llamaba Dionisio Rodríguez Martín, pero todos lo conocían y lo conoceriamos posteriormente como el Dioni.
Este individuo, que había comenzado a trabajar desde los 14 años, entró a trabajar en la empresa Candi S.A., la más importante en cuanto a seguridad y custodia de caudales, llegando a conseguir el puesto de guardaespaldas, protegiendo entre otros a Miguel Durán, Director General de la ONCE y a Alfonso Escámez, Presidente del Banco Central, entre otros. Por lo visto y según se supo poco después, la idea de robar el furgón había sido por el malestar que tenía el sujeto debido a que le degradaron sin explicaciones a ser un simple conductor.
De esa forma, siendo el jefe de la custodia de un furgón, aprovechó a las 19:20 la ausencia de sus dos compañeros para ponerse al volante y llevárselo hasta su coche, colocando las sacas de dinero. En su huida, el Dioni asegura que entregó parte del dinero (del que dice que no se volvió a saber) a tres amigos y posteriormente viajó a Brasil donde vivió una vida loca y despreocupada llena de fiestas, añadiendo a su imagen un peluquin que lo hacía aún más ridiculo si cabe, por no hablar de que tenía un ojo en el dinero y otro en que no le pillaran.
El 19 de Septiembre de 1989 fue detenido por la policía de Brasil, donde pasó diez meses encarcelado hasta que se produjo su extradición a España para cumplir el resto de la condena, saliendo de la cárcel en Mayo de 1995 con libertad condicional tras cumplir tres cuartas partes de la pena de tres años y cuatro meses que le habían impuesto. Del botín solo se recuperaron 175 millones de pesetas, teniendo en cuenta lo que se pulió y lo que dio a esos "amigos" que no aparecieron.
Desgraciadamente buena parte de la sociedad española se tomó a coña al fulano, dandole un inmerecido protagonismo como si de una especie de héroe se tratase. Lo cierto es que la empresa Candi quebró, llevando a muchas personas al paro y todo gracias a un señor que se convirtió en una figura mediatica de una España que no tenía remedio, y al que incluso Joaquín Sabina dedicó una canción, titulada "con un par" donde se alababa la valentía que hay que tener para realizar un robo como el que cometió. El caso es que el tío dabe explotar su fama. En fin...
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