domingo, 3 de febrero de 2019

El infierno de hielo

El campo del Partizan de Belgrado estaba cubierto por un espectacular manto blanco. Cuando le preguntaron a don Santiago Bernabéu si pedían la suspensión del partido, él dijo que se jugaba. Aparte de tener razones deportivas (¿es que los futbolistas no son profesionales para jugar donde les mandan?), estaban las políticas. Entonces Yugoslavía vivía bajo una dictadura comunista, la del Mariscal Tito. Era muy raro que el régimen de Franco permitiese a un equipo español jugar contra un equipo comunista y menos aún que jugaran en terreno "rojo". Normalmente jugaban el partido de fuera en campo neutral o el equipo español era eliminado debido a la negativa de la oficialidad franquista a que jugaran sus equipos contra las clubes del enemigo comunista. Así, más de una vez (no siempre), el Real Madrid de baloncesto fue eliminado por tal motivo o años después (en 1960) el franquismo negó que la Selección Española jugara contra la URSS en los cuartos de final de la primera edición de la Copa de Europa de Naciones. Por eso, con hielo o con un sol abrasador tenía que jugarse. No había que tentar a la suerte. 


También es verdad que ese era el partido de vuelta. Era la primera edición de la Copa de Campeones Europeos (la clásica Copa de Europa) y el Real Madrid había ganado en la ida de los cuartos de final a los yugoslavos por un contundente 4-0 (Castaño por dos veces, Gento y Di Stéfano) en la tarde del día de Navidad de 1955, por lo que aparentemente lo tenían muy difícil. Más de un mes después (29 de Enero) se veían nuevamente las caras. 

El gol de Gento en el partido de ida

Antes hay que decir que, a pesar de la goleada en Madrid, el equipo yugoslavo era muy bueno y lo demostró no sólo en la capital de España, sino en su campo a lo que se añadió las dificultades de los blancos para tenerse en pie. Dos palos de los locales resonaron en un campo abarrotado antes de que Milutinovic anotara el primero. 20 minutos habían pasado. 

Saludo ente capitanes

La sentencia en la eliminatoria podría haber llegado si Rial no se hubiera resbalado al lanzar un penalti. Precisamente, después del descanso los yugoslavos anotaron un gol de penalti. Entonces los jugadores ya se habían acomodado al juego gracias a la adaptación al campo.


También hay que decir que alguien del vestuario blanco se fijó en que los yugoslavos se habían rociado las botas con gasóleo para mantener la verticalidad, algo que a la reanudación copiaron los madridistas. Juanito Alonso, el portero que paraba primero los balones fáciles y después los dificiles, ya se había convertido en el hombre del partido no sólo por sus paradas, sino por su labor ante los peligrosos centros de los rivales. 


A pesar del cambio en el juego, el corazón literalmente se le heló a los madridistas cuando Milutinovic anotó el tercero. Achicar balones lo más lejos posible era la solución y así lo hicieron en los pocos minutos que quedaban. La presión no sólo de los jugadores locales, sino de la afición era tremenda. Al final el partido acabó y los madridistas pasaron de la eliminatoria a pesar del frío y la dura derrota. Cuando salían del campo, fueron despedidos por los aficionados locales, disgustados por la eliminación, con un lanzamiento de bolas de nieve. Esa fue su despedida del que fue conocido como el infierno de nieve. Una curiosidad: el defensa lateral Becerril jugó una buena parte del partido con un dedo del pie roto y era tanto el frío que ni se enteró. Eso para desgracia suya lastró su carrera deportiva. Luego llegaría el Milan y despues la Gloria en París contra el Stade Reims.

Eliminatoria
Ida


Vuelta

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