Sin lugar a dudas el amarillo es un color maldito para usar sobre las tablas y, de hecho, hay mucha gente (yo entre ellos) que no le guarda mucha simpatía al color, pero... ¿A qué se debe el "malditismo" de dicho color para aquellos actores que se suben a las tablas?
La "culpa" la tiene aquel gran dramaturgo y actor que vino al mundo bajo el nombre de Jean-Baptiste Poquelin, pero que todos conocemos como "Molière". Resulta que cuando interpretó la que sería su última obra de teatro "El Enfermo Imaginario" (¡Magnífica!) tuvo fuertes ataques de tos y convulsiones debido a la tuberculosis que padecía. Pocos días después, el dramaturgo falleció en su casa. Se dice que cuando le dio el ataque que le llevó a la tumba, "Moliére" vestía de amarillo y es por eso que desde entonces es un color prohibido en el teatro, ya que se "llevó" a uno de los más altos representantes de la interpretación sobre las tablas.
Una curiosidad: debido la ley francesa vigente aquellos años (Siglo XVII), no estaba permitido que los actores
fueran enterrados en tierra sagrada, pero
la viuda de pidió al Rey Luis XIV que su marido pudiera
tener acceso a un funeral por la noche. El Rey Sol no sólo accedió, sino que "Molière", al que el Rey admiraba,
fue enterrado en la parte del cementerio destinada a los Infantes no
bautizados.
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