El enemigo nazi se aproximaba a Francia de una forma arrolladora. Tras la invasión de Polonia, dando inicio de facto a la Segunda Guerra Mundial, Hitler y sus secuaces tenían como objetivo la llegada a Francia, algo que Alemania no había podido conseguir durante la Gran Guerra.
El miedo se apodero de los franceses, mientras gran parte de los políticos galos eran partidarios de firmar un pacto con los hasta entonces imbatibles nazis. En 1940, durante la invasión de Francia, uno de sus militares más destacados como Charles de Gaulle trató de convencer al Gobierno de que abandonara el país y establecerse en la colonia de Argelia, desde donde se recuperaría Francia y se mantendría libre de un armisticio y, por lo tanto, del deshonor de claudicar frente a unos asesinos.
El Gobierno francés se negó y acabó cayendo para que Hitler pusiera a su propio Gobierno títere, que estaría presidido por el héroe de Verdún, antiguo jefe del propio de Gaulle, el Mariscal Pétain. Ante esta situación lamentable y viendo la actitud de las autoridades francesas, e Gaulle abandonó el país para partir a Gran Bretaña donde asumió el mando del Gobierno en el exilio al que se conoció como la Francia Libre o Francia Combatiente. Éste se mantendría en Londres hasta la victoria de los aliados.
Desde su exilio ingles, Charles de Gaulle, uno de los grandes hombres de la historia de Francia, lanzó un mensaje, que sería radiado en la BBC, la radiado gubernamental británica en el 18 de Junio de 1940; un llamamiento que enaltece la lucha contra los nazis:
"Los jefes que desde hace varios años están al mando del ejército francés, han formado un gobierno. Ese gobierno, alegando la derrota de nuestro ejército, estableció comunicación con el enemigo para cesar los combates.
Por supuesto, hemos estado, y estamos hundidos por la fuerza mecánica, terrestre y aérea del enemigo.
Infinitamente más que su número, los tanques, los aviones, [y] la táctica de los alemanes nos hace[n] retroceder. Los tanques, los aviones, [y] la táctica de los alemanes han sorprendido a nuestros mandos, al grado de llevarlos a la situación en la que hoy se encuentran.
Pero, ¿se ha dicho la última palabra? ¿La esperanza debe desaparecer? ¿La derrota es definitiva? ¡No!
Créanme, a mí, que les hablo con conocimiento de causa y les digo que nada está perdido para Francia. Los mismos medios que nos han vencido pueden darnos un día la victoria.
¡Pues Francia no está sola! ¡No está sola! Tiene un vasto imperio de su lado. Puede formar bloque con el Imperio Británico que domina el mar y continúa la lucha. Puede, como Inglaterra, utilizar sin límites la inmensa industria de los Estados Unidos.
Esta guerra no se limita al triste territorio de nuestro país. Esta guerra no se decidió en la Batalla de Francia. Esta guerra es una guerra mundial. Todos los errores, todos los retrasos, todas los sufrimientos no impiden que haya, en el universo, todos los medios necesarios para aplastar un día a nuestros enemigos. Aplastados hoy por la fuerza mecánica, podemos vencer en el futuro con una fuerza mecánica superior. El destino del mundo está en juego.
Yo, el General De Gaulle, actualmente en Londres, invito a los oficiales y a los soldados franceses que se encuentren en territorio británico, o que ahí vinieran a encontrarse, con sus armas o sin ellas; invito a los ingenieros y obreros especialistas de la industria de armamento que se encuentren en territorio británico, a ponerse en contacto conmigo.
Pase lo que pase, la llama de la Resistencia Francesa no debe apagarse y no se apagará.
Mañana, igual que hoy, hablaré en la Radio de Londres.Charles de Gaulle"
Todavía no se había ganado nada, pero muchos hablan de que con este mensaje se comenzaría a ganar la guerra ("la llama de la Resistencia Francesa no debe apagarse y no se apagará"). Todo se inició con de Gaulle y aquella Francia Libre.
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