martes, 11 de octubre de 2016

Hildegart, Hildegart, ...

La idea de Aurora Rodríguez Carballeira, militante del PSOE era tan extraña como inconcebible. La idea era "crear" una mujer, la cual sería todo un prodigio de inteligencia, que no dependería de ningún hombre y alcanzara las metas a las que debe optar toda mujer. La mujer del futuro. Para ello contactó con un hombre anonimo, el cual no pudiera en un futuro reclamarla como hija suya (después se supo que era Sacerdote), con la finalidad de la procreación, que tendría lugar en el Ferrol, Galicia, mientras su nacimiento fue en Madrid. No sabemos que hubiera hecho si el fruto de esta unión hubiera dado un niño, pero tuvo suerte y acabó naciendo una niña a la que pusó el hombre de Hildegart. 


Su nombre completo era Hildegart Leocadia Georgina Hermenegilda Maria del Pilar Rodríguez Carballeira, si bien solamente usó el primer nombre, Hildegart, que, según la madre, significaba: "Jardín de Sabiduría" en alemán, pero nada justifica tal afirmación (otra teoría dice que significa virgen heroica, que ayuda en la batalla, aunque con una grafía incorrecta). Hasta los cuatro años fue visitada por su padre, hasta que Aurora comenzó a sospechar de su influencia y se lo prohibió.


La joven Hildegart alcanzó cotas impresionantes para su edad. A los tres años ya escribía y a los ocho hablaba hasta seis idiomas, terminando los estudios de Derecho a los 17 años cuando comenzó a mostrarse de forma muy activa dentro del mundo de la política en una época en la que se había pasado de la Monarquia de Alfonso XIII a la Segunda República. Participó activamente en el PSOE y en la UGT, teniendo un amplio apoyo entre las bases, pero la cupula, siempre recelosa, ntentaba minimizar su presencia pública. Ya en aquellos años la llamaban la "virgen roja". La publicación en 1932 de una carta en el periódico "La Libertad", en la que criticaba duramente una posible alianza de los socialistas con un candidato reaccionario, provocó su expulsión. De esta forma pasó a convertise en miembro del Partido Federal y una ferviente crítica de los que ella llamaba "socialenchufistas".


Mientras todo esto pasaba, la joven Hildegart escribía libros y partició de forma muy activa en el movimiento por la reforma sexual en España, estuvando conectada con la vanguardia europea en dicho tema. Sin embargo, algo no iba bien para su madre. Hildegart parecía estar haciendo una vida algo alejada de Aurora y para colmo se había enamorado de otro joven llamado Abel Vilella con el que mantenía una relación estable. 

Madre e hija

Hildegart intentó varias veces separarse del yugo de su madre, pero ésta respondía con amenazas de suicidio. Cuando vio que su familia se separaba de su proyecto decidió destruirla como el escultor que ve imperfecciones en su obra. Su proyecto de mujer independiente había salido mal. Por la noche, cuando Hildegart dormía, le disparó tres tiros en la cabeza y uno en el corazón. Era el año 1933.


Nunca se arrepintió de su asesinato y, de hecho, repetía que volvería a hacerlo. Fue condenada a 26 años de cárcel, que cumplió en su mayor parte en el centro psiquiátrico de Ciempozuelos. Hasta que se dio con su historial médico en el lejano 1977, se creía que había desaparecido durante la guerra, pero realmente murió de cáncer en el centro psiquiátrico el 28 de Diciembre de 1955. Todo ese tiempo, recluida en el sanatorio, oyendo en su cabeza repetidamente el nombre de su creación fallida: "Hildegart, Hildegart, ..."

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