"Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza"
Infierno, Canto III, sentencia 9
Mencionar a Dante Alighieri es hacer referencia a uno de los más grandes poetas de la historia, aparte de uno de los vertebradores de lo que sería el idioma italiano. Su obra magna "La Divina Comedia" pasa por ser una de las joyas de la literatura occidental, pero nunca pudo verla publicada. Dante falleció de forma repentina (posiblemente de malaria). Su obra, la cual llevaba haciendo y rehaciendo desde su juventud, estaba terminada, pero todos desconocían tal cosa. Casi un año después sería publicada para asombro de todos ¿Acaso alguien habría colaborado con el genio y habría publicado el resto? ¿Por qué tanto tiempo después del fallecimiento de Dante?
Cuenta la leyenda que, tras el fallecimiento de tan genial poeta, dos de sus hijos, Jacobo y Piero, decidieron que intentarían completar el trabajo ellos mismos, pero sin conseguirlo. Dante era demasiado Dante para sus hijos y la desesperación hizo mella en sus propios vástagos, que veían como la obra acabaría en el cajón del olvido de la historia.
Ocho meses después de la muerte del poeta, en medio de la oscuridad de la noche, Jacobo dormía placidamente en su cama cuando oyó a alguien o algo. Era una sombra blanquecina a la par que lúgubre, que lo miraba fijamente. "¡Padre!" debió exclamar el joven y, sin lugar a dudas era la figura de su padre, pero no era su padre. Un fantasma se le había aparecido al temeroso Jacobo; un fantasma con el rostro del inmortal Dante.
El ente le indicó con un movimiento de mano dónde estaban ocultos los últimos trece cantos. Se hallaban detrás de una estera en un hueco de una pared. Enseguida despertó. "Un sueño, sólo un sueño" debió pensar Jacobo, que no le dio credibilidad al sueño ("Los sueños, sueños son" diría Calderón siglos después), pero estaba tan excitado que decidió ir a la casa de su amigo notario Piero Giardino para contarle lo sucedido.
A continuación ambos, ya por la mañana, fueron al lugar indicado por el fantasma y, efectivamente, allí estaban los trece cantos de "La Divina Comedia". Unos manuscritos extraordinariamente mohosos debido a la humedad, que hubieran sido ilegibles si hubiesen pasado un poco más de tiempo. Así que, según esta leyenda, sería el propio Dante (o su fantasma) quien salvaría tan maravillosa obra del olvido.
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