"... se hace camino al andar" y don Antonio Machado ando mucho. Aquellos campos de Castilla le vieron crecer intelectualmente y ahí quedo su Alma plasmada en una obra que forma parte de lo mejor que ha salido de pluma española.
"Caminante son tus huellas el camino y nada más" así lo sabía don Antonio Machado, que tras el estallido de la guerra civil, tuvo que irse al triste destierro. Lejos de España, lejos de esos campos de Castilla a los que él seguía queriendo. Lejos; muy lejos.
"Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar" y nunca volvió. Un don Antonio Machado, cansado, triste y demacrado falleció lejos de su tierra. Él, que años atrás siempre había mostrado energía a raudales y una mirada fuerte con una resolución indescriptible, se hallaba en aquel destierro en Collioure, aquel país vecino del que hablara Serrat en su homenaje al propio Machado, junto a su madre, viendo consumarse la tragedia en la que se había convertido España.
"Caminante no hay camino sino estelas en la mar" y tras el destierro la muerte un día de Febrero de 1939. Dos meses después acabaría la tragedia que había supuesto la guerra civil. Murió el hombre; permaneció su fina poesía y su elegante prosa. Si; moría el hombre. Permaneció su legado como estelas en la mar.
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