Me parece impensable que alguien le pueda desear una enfermedad (grave o leve) a nadie. Es aquello de eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo como se suele decir. Muchos hemos tenido familiares o amigos que desgraciadamente han padecido la enfermedad que empieza por C (ni siquiera tengo energías suficientes para pronunciar su nombre), por lo que es lógico que frente a un ser inhumano capaz de decir que ya le podría tocar el cáncer a alguien por las cuestiones absurdas de su mente, muchos nos pongamos de frente no sólo ante ser tan deleznable (cuyo nombre prefiero no reproducir, pero que a estas alturas ya sabemos quién es), sino ante el medio (al que tampoco prefiero nombrar para no dar publicidad, pero sólo diré que es un medio digital de quinta fila) que ha permitido tal indecencia de artículo. Claro que no coincido con Julia Otero en muchas cosas, pero es terrible que padezca dicha enfermedad y desde aquí le deseo una pronta recuperación y mucha fuerza a su familia. También les doy mi apoyo al resto de enfermos de cáncer, así como a sus familias, que sufren con ellos. Creo que se debe condenar al ostracismo a aquellas personas cuya enfermedad no es otra que el odio.
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