¿Quién por prisas o cualquier otra consideración no ha hecho un sándwich para salir del paso y comer algo? Más de uno hemos estado ante esa situación y muchos los hemos comido también en establecimientos o bares a modo de tentempié. El Sandwich (llamado emparedado en algunos países hispanoparlantes) consiste en dos rebanadas de pan de molde (aunque en otros países puede hacerse con otros tipos de pan) entre las que se coloca alimentos tales como jamón y queso amarillo (el clásico sándwich mixto de los bares) y los hay más contundentes pues llevan carne, queso, verduras, otras salsas e incluso a algunos se les añaden huevos fritos (lo que en algunos sitios se llaman sándwich americano), pero... ¿cuál es el origen de este curioso alimento?
Había un noble llamado John Montagu, el IV Conde de Sandwich (1718-1792), el cual entre las negociaciones de la Paz de Aquisgrán y su pasión por los juegos de naipes, había descuidado el simple hecho de comer. Sus preocupados criados, al ver que su señor apenas comía, se las ingeniaron para prepararle alimentos que pudiera comer sin dejar de jugar a las cartas. Le añadieron dos rebanadas de pan de molde inglés para seguir jugando (dicen que en una ocasión llegó a estar 24 horas seguidas) mientras comía para no ensuciarse los dedos como un auténtico lord inglés. Era el año 1762 y el invento culinario del sándiwch es uno de los mejores y que han tenido gran importancia a lo largo de la historia.
El IV Conde de Sándwich |
De hecho, actualmente tan sólo en Inglaterra hay unos 8000 establecimientos dedicados a la preparación de sándwiches y cada año se consumen en Gran Bretaña unos mil trescientos millones de sándwiches preparados. Sí sumamos el mundo entero, estamos ante una verdadera industria del sándwich, un plato teoricamente sencillo, pero que ha alcanzado cierta complejidad con el tiempo. Es más: a pesar del propósito original del Conde de Sandwich de comerlos con una sola
mano sin ensuciarse los dedos, hoy en día hay ciertos tipos de sándwich que por su estructura se deben comer con cubiertos (o
con ambas manos). De hecho, en muchos países es normal usar cubiertos para comerlos.
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