Según la mitología griega, Dionisio (muy conocido por todos por su vertiente romana, Baco) dios del vino y
el éxtasis y Afrodita, diosa de la belleza, el Amor y el deseo fruto de una relación, tuvieron un hijo sin que el propio Dionisio lo supiera. La diosa Hera, hermana y esposa de Zeus, que además siempre estaba contenta (ironía) castigó la falta de compromiso de ambos, maldiciendo el
fruto de su relación extramatrimonial. Dicho fruto fue Príapo, cuya condena era tener su falo siempre en erección y paradojicamente a no poder reproducirse. Otras versiones afirman que su maldición era no ser amado por ninguna
mujer.
Adorado en el mundo rural, Priapo era un dios menor muy encallado en el mundo rural, siendo simbolo del instinto sexual, de la fecundidad masculina (lo cual no deja de ser curioso, puesto que como ya comente no podía reproducirse) y protector de las huertas y jardines. Dado que su miembro viril siempre estaba erecto, no era de extrañar que su imagen fuera utilizada en los lupanares y/o burdeles de la época tanto en Grecia como en Roma.
Actualmente, existe una dolorosa enfermedad llamada priapismo, la cual provoca la permanente erección del pene sin estimulación física, ni psicológica durante
varías horas. ¡Terrible!
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