"Si los cantos marineros mientras gira el cabrestante,tempestades y aventuras, galeones y piratas,si tesoros enterrados, combates por mar y tierra,islas desiertas con nuevos Robinsones en sus playas.Y todos los cuentos viejos, una vez más recontados,precisamente lo mismo, conforme a la vieja usanza,a los chicos de hoy en día, más sensatos y juiciosos,les gustan como en un tiempo a mí también me gustaban...Está bien, y anda con ello. Pero si así ya no fuera,si el aventajado joven ha perdido ya las ganasde ir con Kingston, Ballantyne o con Cooper de la manopor desiertos y por mares, y por lagos y montañas...Está bien, y nada digo. Sólo quiero que en la tumbadonde ellos y sus engendros reposen de sus andanzasme coloquen a su lado, y que duerma el mismo sueño,por los siglos de los siglos, yo con todos mis piratas"
Robert Louis Stevenson
Sin lugar a dudas Robert Louis Stevenson supo atraparnos desde el primer momento. La Isla del Tesoro despierta en aquellos que lo leen (sobre todo si son niños) las ansias por navegar, encontrar un tesoro escondido y enfrentarse a múltiples peligros que conlleva el hecho de enfrentarse a terribles piratas, que no dudarían ni un momento en ponerte una mano encima y la otro en el mencionado tesoro. Han habido (y habrán) muchas novelas de aventuras, pero pocas han causado el impacto de aquella isla del tesoro.
La novela, escrita por Stevenson cuando tenía 29 años (fue su primer éxito) en la cual un joven, Jim Hawkins, nos relata en primera persona (salvo en una pequeña parte donde el relator es uno de los personajes, el doctor David Livesey) como se vio envuelto él y su familia (que llevaba la posada del Almirante Benbow) en un conflicto en la que una serie de bucaneros están buscando un mapa que tiene en su poder un tipo de muy baja calaña llamado Billy Bones, pero que se hace llamar el capitán.
Esto atraera a multiples piratas, que literalmente asedian la posada, pero tanto Jim como su madre escapan para llevar lo contenido en el cofre de tal capitán (que murió de una apoplejía en la taberna de la posada poco antes del asalto de los piratas y haber recibido la mota negra, la cual podemos decir que era como una sentencia de muerte que un pirata entregaba a otro con un papel o trozo de tela en el que aparecía tan solo una manchita negra), organizandose poco después una tripulación para desenterrar el tesoro, ya que éste fue producto de las tropelias de John Flint, un pirata ya muerto. El barco será la Hispaniola y la tripulación es organizada por el cocinero con hombres que él asegura que son de fiar, aunque poco podía esperar Jim que aquel pirata de una sola pierna sobre el que le advirtió el fallecido Billy Bones sea el mencionado cocinero que no es otro de un terrible pirata llamado John Silver al que apodan el largo.
Jim y Silver en busca del tesoro |
John Silver el Largo (o Long John Silver para los puristas del inglés) es uno de los muchos piratas que perteneció a la tripulación del Capitán Flint y que se encarga de reclutar a sus antiguos compañeros para tomar la Hispaniola y poco después quiere hacerse con el tesoro (Jim se enteraría de la posterior traición merced a que estaba escondido en un barril de manzanas).
De Silver podemos decir que no deja de ser una figura que sólo se quiere salvar a si mismo hasta el punto de pactar con los leales (Jim, el doctor y demás) cuando las cosas se le ponen feas frente a sus compañeros piratas (la cual también le han dado la mota negra), los que tras la rebelión, le habían elegido Capitán.
El autor |
Ni que decir que John Silver el largo es uno de los personajes más conocidos, reconocidos e importantes de la historia no sólo de las novelas de piratas, sino de la historia de la literatura. Un auténtico sinvergüenza.
La obra de Stevenson ha tenido una gran influencia con diversas adaptaciones o sirviendo de inspiración en medios tan dispares como el cine, la televisión, la literatura, los cómics y los videojuegos. Una reflexión moral contra la ambición y particularmente la obtención de dinero a mansalva, la Isla del Tesoro es una novela que debe ser leída una y otra vez. Viviendo aventuras marineras y cantando a la manera de los piratas:
"Quince hombres sobre el cofre del muerto .
¡Ay, ay, ay, la botella de ron!"
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