Ruiz de Alarcón pasa por ser uno de los dramaturgos más importantes del barroco español y, sin embargo, su obra, aún estando al nivel de los más grandes como Lope o Tirso, no sería hasta una época muy posterior como el Romanticismo, gracias a uno de los autores españoles más destacados del Siglo XIX, Juan Eugenio Hartzenbusch.
Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza nació en Taxco, actual Méjico, en 1580 ó 1581. Las noticias sobre sus infancia son más bien escasas como prueba el desconocimiento de su año de natalicio. Parece que su familia procedía de la alta nobleza castellana, que en su momento emigro al Nuevo Mundo. Lo que si sabemos es
que estudió, de 1596 a 1598, el bachillerato en Cánones, en la Real y Pontificia Universidad de México. En 1600 cruzaría el charco para estudiar en la Universidad de Salamanca, gracias a la capellanía de Gaspar Ruiz de Montoya, donde aprendería derecho civil y profundizaría en el derecho canónico.
Las comedias de Alarcón |
Ya durante su estancia en Salamanca, según muchos autores, comenzaría a escribir piezas dramáticas y cómicas con notable éxito. En 1606 marchó a Sevilla con el propósito de ejercer como litigante en asuntos mercantiles y canónicos, conociendo a Miguel de Cervantes, el cual le inspiraría para obras como "La cueva de Salamanca" y "El semejante a sí mismo". Posteriormente volvería a su tierra natal.
Dos años después, obtuvo el título de licenciado en derecho e hizo oposiciones, sin
éxito, a varias cátedras. No llegó a doctorarse, según cuentan, por escasos recursos económicos. Gracias al Virrey Luis de Velasco y Castilla, amigo de Alarcón, éste pudo ascender en la burocracia virreinal, pues se le nombró teniente corregidor. Con la comitiva del Virrey, volvería a España donde inicia su prodiga carrera como dramaturgo.
Sus primeras obras en representarse fueron "Las paredes oyen" y "Los pechos privilegiados",
teniendo relativo éxito. Pronto fue conocido en el círculo literario
madrileño, aunque con dificultades. Alarcón tuvo la enemistad de muchos autores de su tiempo como Lope o Francisco de Quevedo, recibiendo, de forma dolorosa, burlas en muchos poemas anonimos, por ser jorobado y su origen américano.
Durante los años 20 del Siglo XVII sirvio en el Consejo de Indias y llego a ser un autor extremadamente importante, aunque como ya he dicho, sus contemporáneos, nunca le vieron con buenos ojos, aunque su teatro estaba a la altura de los mejores.
Durante los primeros meses de 1639, la salud del dramaturgo comenzó a deteriorarse y falleció el 1 de Agosto de ese mismo año en Madrid, España. A pesar de no ser especialmente valorado por sus coetaneos, lo cual no quiere decir que muchas de sus obras fueran muy valoradas en su tiempo, como ya dije el Romanticismo le devolvió lo que le correspondía y es que estábamos ante uno de los autores más prodigiosos del Siglo de Oro Español de las Artes y las Letras. Y como prueba de ello, el que a su ciudad natal le pusieran Taxco de Alarcón como homenaje a tan insigne dramaturgo. Y es que, como ya he dicho muchas veces, los autores se van, pero las obras permanecen y un autor como Alarcón, al igual que tantos otros, merecen ser respetados por san calidad literaria y artística.
Su vida y obra se pueden consultar en: Juan Ruiz de Alarcón-Wikipedia
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