A lo largo de la historia, han habido muchas vidas que han cambiado millones de vidas, no sólo las de su época, sino las de generaciones posteriores. Son gente que en muchos casos renunciaron a una vida cómoda por defender un derecho que era legitimo. Hace unos días, una vida, que ayudo a tantos, se apago. El 5 de Diciembre fallecía Nelson Mandela.
Hasta ¡veintisiete años! estuvo Madiba en la cárcel por defender los derechos de los negros y que tantos ellos como los blancos eran iguales. El, gracias a muchas personas, eso si, supo llevar a su país a una gran reconciliación en la que todos se sintieran participes de la vida del país. Han pasado los años y el mensaje de Madela sigue ahí.
No son días para estar triste porque se halla ido un hombre. Nunca es un mal día. Sólo queda agradecer por que la existencia de Mandela y muchos otros hallan influido tanto en la vida de millones de personas. Ese día 5 de Diciembre se iba un gran hombre, con un legado grandioso, no exento de errores como cualquier se humano, y corresponde a los que nos quedamos el hacer un mundo más justo, el que todos los seres humanos nos tratemos con respeto y hacer que la plena igualdad entre todos sea posible.
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