Ni en lo más profundo de mi ser se me ha pasado por la cabeza negarle el saludo a una persona, aunque tuviera todas las diferencias del mundo. ¿Por qué? Por educación y porque entiendo que negar la mano a otra persona cuando ésta te la ofrece es algo más que una simple falta de respeto; es un desprecio tan grave como si se te ocurre escupirle en la misma mano.
No hay diferencias que me hagan negar el saludo a otra persona, pero si para algunos parlamentarios del PSOE en Castilla-Leon, los cuales negaron la mano al Presidente de su parlamento cuando tomaban posesión de su cargo porque éste era de Vox. Uno podrá equivocarse en su forma de proceder, pero el que alguien se comporte de forma maleducada es imperdonable y sobre todo viniendo de gente que pretende darnos lecciones de Democracia. El respeto está por encima de todo y si eso no va con ellos, a lo mejor deberían dejar la política en un Estado que pretenda ser democrático.
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