"En esta villa hay una Hermita, que se dice de San Pedro de Salices, que es una legua desta villa en la Ribera de Guadiana muy antiquísima, la qual está labrada la hermita en cruz, y más arriba della hay una cueva la qual se dice que era la cueva de Montesinos que pasa un río grande por ella"
Relaciones de Felipe II de Ossa de la Vega
La cueva de Montesinos existe y se halla en Ossa de Montiel, provincia de Albacete, siendo reconocida como bien de interés cultural por su gran valor natural, conformado a lo largo del tiempo.
La primera referencia histórica de la misma se hace en el texto con el que he iniciado este post, pero sin embargo la conocemos por que varios capítulos de la segunda parte del Quijote tiene lugar en dicha gruta.
Allí nuestro caballero de la triste figura pasa lo que el entiende que son hasta tres días, penetrando en la cueva mediante una soga y vive uno de los encantamientos más extraordinarios nunca imaginados.
El Quijote narra a Sancho y al guía lo visto en la cueva: prados, un hermoso castillo de paredes transparentes y al mismísimo Montesinos, el cual le guía hasta una sala de alabastro y al sepulcro con el cuerpo de Durandarte, explicándole que ambos, junto con su escudero, Guadiana, y la dama Ruidera y sus hijas, se encuentran allí encantados por obra y gracia del mago Merlín.
¿Un sueño? Seguramente, pero lo cierto es que fue un sueño extraordinario. Veces y veces se ha bajado a la cueva en busca de hallazgos que han asombrado al mundo, pero no se han encontrado restos de castillos, ni hechizos y personajes encantados. Bien es verdad que se han encontrado restos humanos, por lo que es evidente que desde la antigüedad la cueva fue refugio de seres humanos (aparentemente no encantados).
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