viernes, 7 de mayo de 2021

Me gusta cuando callas...

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 
La evocación del ser amado ausente.  Así parece confluir uno de los poemas más conocidos no sólo de su autor (Pablo Neruda), sino de la historia de la literatura. Un diálogo imposible, ya que el ser amado no está. 
 

La única compañia para el poeta es el recuerdo del ser amado, la soledad de aquel que aún quiere, pero no puede demostrar todo su Amor...  y el silencio como última compañia... el silencio...
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca, 
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

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