Es un cuadro sumamente atrayente para mi y que representa un poco la concepción que se tenía del mundo de las brujas hasta no hace mucho tiempo. Un cuadro pintado por el artista granadino Luis Ricardo Falero sobre 1878.
Cultivando el desnudo femenino, aprovechándose de la moda de pintar elementos brujeriles (en el que pintores como Goya era un maestro), vemos a un grupo de mujeres acudiendo a un aquelarre (o Sabbath, palabra procedente del judaísmo y que es el día de descanso de los judíos, el Sábado, y que los cristianos asociaron a practicas perniciosas para la Fe), volando en sus escobas o cabalgando un macho cabrío (representación típica del diablo), lo cual da al cuadro el necesario elemento hipnótico.
Después está el papel omnipresente de la mujer con poses sugerentes de carácter oriental, lo cual no deja de ser llamativo en la siempre puritana España (aunque la Inquisicion hacía tiempo que se había suprimido), aunque hay que recordar que en el Romanticismo (y este cuadro pertenece a esta corriente) se mezclaba tanto lo exótico como lo sobrenatural.
Esta pintura tuvo gran éxito en la Inglaterra victoriana, de una estricta moral, pero se salvaba debido a que, por otro lado, los ingleses estaban interesados en temas esotéricos y relacionados con el ocultismo (era la época dorada de los mediums y el contacto con el Más Allá).
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