miércoles, 4 de noviembre de 2020

Los hijos de la miseria

"Mientras a consecuencia de las leyes y de las costumbres exista una condenación social, creando artificialmente, en plena civilización, infiernos, y complicando con una humana fatalidad el destino, que es divino; mientras no se resuelvan los tres problemas del siglo: la degradación del hombre por el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, la atrofia del niño por las tinieblas; en tanto que en ciertas regiones sea posible la asfixia social; en otros términos y bajo un punto de vista más dilatado todavía, mientras haya sobre la tierra ignorancia y miseria, los libros de la naturaleza del presente podrán no ser inútiles"
 
Victor Hugo, Hauteville House 
> 
"¡Oh, Vos!, ¿quién sois? 
El Eclesiastés os llama Todopoderoso; los macabeos os llaman Creador; la Epístola a los Efesios os llama Libertad; Baruch os llama Inmensidad; los Salmos os llaman Sabiduría y Verdad; Juan os llama Luz; los Reyes os llaman Señor; el Éxodo os llama Providencia; el Levítico, Santidad; Esdras, Justicia; la creación os llama Dios; el hombre os llama Padre; pero Salomón os llama Misericordia, y éste es el más hermoso de todos vuestros nombres"
 
Padre Bienvenido, Los Miserables
 
"Esa novela es una maravilla, un verdadero poema"


Arthur Rimbaud, poeta francés 
 
Victor Hugo escribió los Miserables (y también "El Hombre que Ríe") cuando se encontraba en el exilio, concretamente en Hauteville House en la isla de Guernsey, lo que no impidió que siguiera con cierto interés lo que acontecía en su querida Francia. 
 

Poeta, dramaturgo y escritor, ya tenía más de 60 años (una edad bastante importante para la época) cuando publicó una obra magnifica, adaptada a muchos medios, y que sigue teniendo gran predicamento entre las personas de todas las edades cuando se han cumplido más de 140 años de su publicación. ¿A qué se debe tal cosa?
Indudablemente es un tratado sobre la eterna lucha entre el bien y el mal, mostrado desde diferentes puntos de vista y que lleva a la reflexión de aquellos que se sumergen en sus páginas. 
Así seguimos los pasos de Jean Valjean, condenado a décadas de trabajos forzados por haber robado un pan para sus hambrientos sobrinos y al que un perro de presa como Javert persigue insistentemente, a una Cosette, hija de madre soltera, Fantina (prefiero el nombre traducido al español), que es adoptada por un Valjean que quiere librarse del peso de la ley, pasando de hacer el mal a hacer el bien, en busca de la santidad. 
Novela de luces y sombras, don Victor Hugo es terriblemente grande tanto cuando narra el dolor de una niña maltratada por los Thénadier como cuando relata el fragor de las barricadas del París insurrecto. Los Miserables es una novela grandiosa para describir tanto la maldad como la grandeza de los hombres.
 
El autor
 
Los Miserables (a los que algunos muy acertadamente dirían que se limita a contar las vivencias de los parias de la sociedad, los hijos de la miseria) no se limita a ser una obra de mera denuncia de la injusticia, así como de las más terribles desigualdades. Es entre otras cosas una obra cumbre de un Siglo XIX lleno de revueltas y cambios sociales (buena parte de ellos derivados de la revolución industrial), Jean Valjean, ese profugo que libera a Cosette de tan malvados personajes como los Thénadier, es friamente perseguido por Javert dado que la ley de los hombres está de parte del policia, pero Valjean, ya sea como Alcalde o protegiendo en la medida de sus posibilidades a los desamparados, ansía el perdón del que ni él mismo se cree merecedor. Jean Valjean desde que saliera de aquella mugrienta carcel ha estado recorriendo el camino a la santidad, por lo que la religión tiene una fuerte presencia en tan magna obra. 


>En la obsesión de don Victor Hugo por la no violencia y el rechazo de cualquier clase de tiranía (lo que le llevó al mencionado exilió a Inglaterra cuando gobernaba Napoleón III) está su ansía de libertad y como tal el remedio a las enfermedades del alma: personas que pegan a personas desnutridas, leyes que amparan a los sinvergüenzas, corruptos e hipócritas cuyos preceptos moldean a su imagen y semejanza, niños que trabajan por un mísero trozo de pan (algo desgraciadamente muy habitual en los llamados países subdesarrollados), rebeldes que izan banderas frente al acoso y derribo de los poderosos, etc.  Hugo, rebelde y cristiano (muy resaltable esto último), está cansado de aquellos que abusan de los pobres, los considerados parias de la tierra, sobre los que la ley actúa sin misericordia. Y no habla de pobreza material, sino de pobreza espiritual.


Puede que esta obra, tan visionaria como febril, no sea un canto de esperanza, lo cual no deja de ser una desgracia para el que lee, pero sí es un grito de desesperación que aún se escucha en las calles de esta sociedad que se dice tan civilizada. Jean Valjean podría nacer en este mundo de las nuevas tecnologías en una chabola o en la casa de una familia a punto de ser deshauciada, Cosette podría ser uno de esos muchos niños que ingresan en hospitales victimas de aquellos adultos que deberían velar por su protección, Valjean podría estar en una carcel por simplemente haber cogido comida sin pagar para dar alimento a sus hijos o, si no va a la carcel, haber sido señalado por las calles como un vulgar ladrón... Ya lo decía Jesucristo: 
"
Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?  Respondiendo el Rey, les dirá: En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis"
Ya lo dije, dentro del contexto histórico en que se encuentra "Los Miserables" es una obra universal no tanto por la fina prosa, como si un amigo nos estuviera hablado, de don Victor Hugo, sino por su actualidad. Hugo en otras obras lo hizo y en está no iba a ser menos. Es un hombre que sabe del dolor, del miedo a la muerte y observa lo que otros simplemente ven (al igual que no es lo mismo escuchar que oir). Un artista de la prosa que estaba apegado al mundo que le tocó vivir para mostrarnos una realidad y que va más allá de ideas preconcebidas. Don Victor Hugo, un genio para la Gloria. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario