viernes, 24 de enero de 2014

El hombre de las mil caras

Hoy en día son muchos los actores que destacan por su versatilidad a la hora de realizar diferentes personajes que requieran una caracterización profunda. En ello tiene mucho que ver el maquillaje, el cual realiza diferentes prodigios.


Pero siempre hay uno que fue el primero que realmente hizo de sus caracterizaciones un arte. Y ese fue Lon Chaney. Hoy sólo los muy cinéfilos nos acordamos de tan grande actor. Un actor que como muchos de su época paso del teatro al incipiente cine, que en aquellos años, aún era mudo. Chaney sería la primera gran estrella de la Universal Studios que gracias a sus películas de terror, salio adelante formando parte de la historia del séptimo arte.


Y sería precisamente en el cine de terror donde Chaney llevo a cabo todo su potencial. Primero como el petudo y deforme Quasimodo en "El Jorobado de Notre-Dame" y segundo en la siempre recordada "El Fantasma de la Opera" donde su fantasmal caracterización como el taciturno Erik hizo moverse de su asiento a más de uno.


Pero no solo esas fueron sus caracterizaciones más logradas. Por ejemplo, en "The Penalty" intepretaba a un gangster sin piernas. Los personajes de Chaney siempre destacaron por sus representaciones buscaban una reacción de simpatía y tristeza entre la audiencia y no aterrarlos o hacerlos sentir rechazo hacia esos personajes desfigurados que tan sólo eran víctimas del destino.


Chaney falleció de forma prematura por un cáncer de pulmón. Aquel día una parte del cine murió. Pero su contribución al séptimo arte fue mucho más allá de su muerte. Su propio hijo, Lon Chaney Jr. que, es cierto, no llego a alcanzar la grandeza de su progenitor, pero uno de sus papeles lo haría mundialmente conocido: el de hombre lobo.


Para terminar una frase de Lon Chaney en una entrevista que ilustra a la perfección su carrera cinematográfica, así como a los personajes que interpreto: "Quería recordarle al público que incluso quienes se encuentran más abajo en la escala de humanidad pueden tener en su interior la capacidad de sacrificio".

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