Ayer hubo un acto ignominioso e inmoral por parte de unos asesinos que tanto daño han hecho no sólo a las familias de sus victimas, sino a todo un país, que ha recibido la sangre de miles de muertos durante muchos años.
Seres despreciables |
Esos seres despreciables no sólo piden perdón, sino que pretenden que haya una amnistía para sus presos a los que ellos se atreven a llamar "victimas del conflicto". Aquí no ha existido conflicto puesto que en este país sólo han habido una banda de asesinos que se dedicaron a matar, dejando huerfanos, viudas e infinidad de familiares destrozados.
Esa banda de criminales liberados debido a una torticera doctrina Parot, no sólo no piden perdón, sino que volverían a cometer tales actos deleznables porque no saben y no pueden vivir de otra forma. Como les dijo un periodista de Intereconomia al que por cierto echaron (se ve que nos les gustaba lo que les decía): "no tienen hombría para pedir perdón".
En la lucha antiterrorista no caben ambiguedades y hay que acabar con esos asesinos y no dejar que actúen a sus anchas, ni que haya "jueces" como Garzón Júnior, perdon Santiago Pedráz (aunque Garzón y él son la cara de la misma moneda), que permiten enaltecimientos del terrorismo como el que tuvo lugar.
Dicho acto es el resultado de políticas desastrozas en la que el PSOE, que, recordemos estuvo desde 1982 hasta 1996 en el Gobierno, primo la reinserción frente al cumplimiento integro de las penas que implicaban no sólo casos de terrorismo y de violación.
Un partido político que tiene la cara de ponerse medallas por el supuesto "fin de la violencia" cuando ni en los momentos más crudos del terrorismo (cien asesinatos al año) han tenido tantas instituciones bajo su control. Se ha de acabar con el terrorismo, pero no a cualquier precio. Nosotros los vencedores; ellos los vencidos.
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