El tulipán es una planta ornamental muy reconocida en todo el mundo y destacada muy especialmente en los Países Bajos, donde en símbolo nacional... pero, ¿qué dirían si les digo que proceden de las estepas asiáticas?
El centro de esta planta (con hasta 150 variantes) se halla en las montañas Pamir e Hindu Kush en las estepas de Kazajistán, encontrándose distribuido por Oriente Medio, Irán y Afganistán hacia la península de Anatolia por las migraciones turcas.
Los tulipanes se cultivaron como plantas ornamentales desde principios del siglo XI en la mencionada Anatolia, perteneciente a la actual Turquía y donde han habido constantes migraciones de pueblos, muchos de los cuales llevaron la planta a zonas tan dispares como China y Europa. Desde Anatolia e Irán provienen los bulbos tomados por el toledano Ibn Massal para su cultivo en al-Ándalus en la Península Ibérica, algo documentado por la obra Umda del botánico Abu-I-Jayr.
El cultivo del tulipán se extendió hacia los países del norte de Europa, destacando por su colorido, algo que sería muy apreciado en los Países Bajos, siendo la flor símbolo de los Países Bajos y es que son muchos los paisajes de tal país decorados con los bellos colores del tulipán. También es símbolo nacional en sus tierras originarias: Irán y Turquía.
Los bulbos de tulipán enviados por el embajador del Imperio austrohúngaro en Estambul, Ogier Ghislain de Busbecq, el cual era botánico, llegarían por primera vez a Viena y posteriormente a los Países Bajos. Sin embargo, el ser humano es miserable por naturaleza y precisamente el tulipán dio origen al primer fenómero especulativo del que se tiene constancia en la que es conocida como la crisis de los tulipanes, durante el Siglo XVII con los bulbos de tulipán, cuyo precio alcanzó niveles desorbitados, dando lugar a una extraordinariia burbuja económica en base al comercio de dichos bulbos.
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