El celibato en la Iglesia es una cosa curiosa (por así decirlo). Inicialmente para estar ordenado no hacía falta ser célibe. Antes de ser aplicado como norma, era tenido como un valor importante. De hecho, los apostoles estaban casados y no por ello dejaban de servir a Dios (en el Nuevo Testamento se menciona la curación de la suegra de Pedro, del que se dice que tuvo mujer, la cual fue martirizada, e hijos).
De todas formas, el celibato como opción para servir mejor a Dios es muy anterior al comienzo del Cristianismo. De hecho, las vírgenes vestales, sacerdotisas de la diosa Vesta de la Antigua Roma, mantenían el ideal de no mantener relaciones sexuales como condición para una mejor entrega a la Diosa (quien pretendiera tocarlas podía tener un serio problema que podía acabar en pena de muerte). Así tenemos a los monjes budistas y en menor medida a los típicos anacoretas y ascetas procedentes del hinduismo (y que también se darían en el Cristianismo). El propio Platón, del que bebe mucho el Cristianismo tardio ya alaba la opción del celibato. Desde el judaísmo, se considera casí como una maldición divina. Un ejemplo lo tenemos en la hija de Jefté, juez de Israel, que debía ser sacrificada por una promesa de su padre, y que no llora por su muerte, sino porque morirá siendo virgen. Pero, ¿cómo surgió la idea del celibato en el sacerdocio católico?
Se habla de que en los inicios del Cristianismo (aunque indudablemente en épocas posteriores a los apóstoles) de creyentes que cercenaban su miembro viril para evitar todo deseo sexual, tomando de una forma radical como fuente la parte del Evangelio donde Jesucristo dice: "Y si tu mano o tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo y échalo de ti; te es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos y dos pies y ser echado en el fuego eterno". Estaríamos hablando de eunucos y se dice que uno de ellos y que fomentó tal aberración fue Origenes, uno de los padres de la Iglesia primitiva, el cual, tomando como literal una frase del Evangelio de Mateo ("hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del Reino de los cielos"), fue a un médico para que éste le extirpase quirúrgicamente sus genitales,
para "asegurar su reputación como un tutor respetable para hombres y
mujeres jóvenes". Cuenta Eusebio que Demetrio, Obispo de Alejandría, elogió a Origenes por su devoción a Dios. Sin embargo, en sus escritos no sólo Origenes no menciona tal cosa, sino que afirma que sólo un tonto interpretaría el pasaje de Mateo como una defensa de la castración literal.
Fue sobre los Siglos III y IV cuando la existencia de movimientos proponiendo que los religiosos practicasen el celibato hizo que la Iglesia poco a poco fuese tomando parte por ello, aunque no de una forma ni tan siquiera uniforme. En el Siglo XI Papas como León IX y Gregorio VII temían por la "degradación moral" del clero, por lo que el celibato acabó siendo instituido en los dos concilios de Letrán (de 1123 y 1139). Así quedó decretado que los clérigos, religiosos y demás no podrían casarse o relacionarse con concubinas. La idea no sólo fue desde un punto de vista moral (el apartado sexual queda en otro ámbito que va mucho más allá, aunque está unido en muchos puntos), sino en relación a que un hombre no casado podía dedicar toda su existencia a predicar la palabra de Dios. Muchos siglos después triunfaba la visión de San Pablo que en el capítulo VII del primer libro de Corintios nos dice "El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al
Señor. El casado se preocupa de las cosas del mundo; está por tanto
dividido".
No seamos inocentes. Hay infinidad de Sacerdotes que han tenido amantes o concubinas (algunas de ellas casadas e incluso religiosas) y han tenido hijos que incluso en muchos casos han acabado por reconocer legalmente. El caso más claro lo tenemos en los Papas, los cuales fueron sexualmente activos y no se les caían los anillos por serlo, ni tampoco respetaban nada. Ya antes de Letrán, se me viene a la cabeza un caso curioso: un Papa, Juan XII, fue asesinado a martillazos, tras ser descubierto por el marido de su amante en el lecho con ella.
El caso paradigmatico lo tenemos en Alejandro VI, el Papa Borgia, que reconocidos tuvo hasta ocho hijos (Juan, César, Lucrecia, ...), por no hablar de las perversidades asociadas no sólo a éste, sino a otros Papas, tales como el incesto, acusasiones falsas de sus enemigos.
Por otra parte, era evidente que monjes, Sacerdotes y demás tenían relaciones con monjas y varías veces se habló de relaciones de curas hasta con dos o tres monjas a la vez. No se cortaban y en zonas rurales se contaban habladurias sobre ello, haciendo entrar de lleno al Santo Oficio. Un caso paradigmatico lo tenemos en las conocidas endemoniadas de Loudun, una zona rural de Francia, donde se habló de la intervención del demonio y donde un Sacerdote de buen ver y que era el párroco de la zona (Urbain Grandier) se aprovechó de las monjas. Eso más las habladurías le costó primero su cargo y después la vida (para saber más...). A partir de ahí podemos entrar en otras perversiones como el adulterio, homosexualidad entre hombres y mujeres, incesto (aunque eso lo pondría más en el archivo de los rumores) y un largo etcétera y que eran cosas perseguidas por el Santo Oficio. El poema del fabulista español Félix María Samaniego, contenido en su compendio poético "El Jardín de Venus", condenado por la Inquisición, es muy significativo:
Hallándose cortejandocierto fraile a una monjita,mientras que la requebrabale enseñaba su pi...su pipa con que fumaba.La monja, como era legay profesaba al otoño,radiaba por darle entraday le enseñaba su co...su copo con que ella hilaba.El fraile, como enojado,la dijo con disimulo:-No fuera malito, hermana,soplárselo junto al cu...al cubo que saca el agua.La monja, como agraviada,le dijo sin agasajo:-Váyase el fraile a la mierdaque le cortase el cara...el caracolito que rabia.
Después estaban los posibles hijos secretos de Sacerdotes y demás, cuyo rumor se hacía bastante fuerte por el aparente parecido del niño a su padre y el aprovechamiento del cura de alguna devota feligresa.
No dejaba de ser curiosa todas y cada una de estas historias cuando la Iglesia era no ya reticente, sino condenatoria no sólo de las relaciones sexuales fuera del matrimonio, sino de prácticas sexuales incluso entre marido y mujer que no estuviesen destinadas a la simple procreación. El medievo fue bastante proclive a las persecuciones de índole sexual, sino que varios relieves de algunos templos son bastantes significativos.
Hoy en día hay varios movimientos dentro de la Iglesia Católica y uno de ellos es precisamente la eliminación del celibato dentro de la curia; que los Sacerdotes no tengan que desechar la posibilidad de casarse para enseñar el mensaje de Dios.
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