viernes, 13 de diciembre de 2019

"¡Qué lo haga Rita la Cantaora!"

Rita Giménez García era muy conocida y reconocida en sus tiempos por ser una extraordinaria cantaora de flamenco, por lo que se la comenzó a conocer como Rita la Cantaora.


Natural de Jérez de la Frontera (nació en 1859), Rita destacó por sus dotes tanto para el canto como para el baile flamenco, convirtiéndose éste último en su medio de vida, iniciando sa carrera en su tierra natal.
Trabajó con los más grandes del mundillo y nunca desdeñó una oferta para trabajar ya fuese en Andalucia como en Madrid donde pasó gran parte de su vida. Tal fue el éxito que la revista "El Enano" le dedicó unos versos a su gracia y belleza:
Del  pueblo  andaluz  señora.  
Todo  el  elogio merece. 
Que su  mirar  enamora,  
Que  una  rosa  que  florece  
Es  Rita  la  cantaora.  

Tiene  especiales  antojos.  
Tiene  muy  chica  la boca. 
Tiene  m.uy grandes  los ojos, 
Y en  sus  pestañas  se  toca  
Lo de que  le hacen  mannojos.  
 
Su  bello  rostro  es moreno. 
Con su  sonrisa  me encanta, 
Y de  placeres  me lleno. 
Es redonda su  garganta  
Y  es curvilíneo  su seno. 

Su talle  airoso se mueve 
Lo mismo que  una  piragua:  
Nadie á igualarla  se atreve 
Y desliza  su  pié  breve  
Como la  linfa  del  agua.  

De los barrios  de  Sevilla  
Ella  es la  gala y encanto. 
Que  su  gracia  maravilla,  
Y busca  en  la  manzanilla  
Inspiración  á su  canto.  

La petenera  sentida,  
Que canta  en  dulce embeleso
Es  reflejo  de su vida. 
Porque  en  cada  nota anida 
Una  esperanza y un  beso.  

¡Cuántas  veces la he mirado,
Bajo  de la  undosa  parra 
El  bello rostro  inclinado  
Y en  sus manos  la  guitarra.  
Cansada  de haber  llorado!  

Otras veces, junto  al  mar.  
La vi  en las noches serenas
Sus lágrimas  enjugar,  
Viendo asomarse  las penas 
En su  lánguido  mirar. 

Otras,  en la juerga un  dia.  
Donde su  canto  aclamaban  
Entré  el  ¡ole! y la  alegría,  
Y las gentes  la  llamaban  
La estrella  de  Andalucía.  

¡Y cuántos,  por  mi  fortuna.  
La vi  pasar  por  mi lado 
En  esas noches  de luna.
Como un  ideal soñado 
En  esta ciudad  moruna!  

Ella, que  el  placer  no  entiendo,
Pasa  cantando  su  vida  
Y del  dolor se desprende... 
Pero  el  mundo  no comprende 
Lleva  en  el alma  la  herida.  

Por  eso,  cuando la  aurora.  
Derramando  sus  fulgores  
Los campos alegra  y dora, 
Pienso  ver entre  las  flores  
A Rita la  cantaora.
Rita la Cantaora falleció, habiendo sido evacuada hacía unos días por el estallido de la guerra civil española, tras una vida azarosa y muy aplaudida, pero desgraciadamente muy sacrificada y que no le valió la pena. En una entrevista concedida a "La Estampa" en 1934, la propia Rita admitió que, a pesar de haber vivido como una reina", al final era más "probe que las ratas". 


Rita sigue presente en acervo español, no precisamente por su labor como cantaora y bailaora, sino porque su nombre ha quedado ligado a varías expresiones que forman parte del refranero. Su pasión por el trabajo era tal, que estaba dispuesta a actuar allí donde se la solicitaba, sin importarle el dinero que ganara por la actuación (de hecho, aunque a finales de los años 20, Rita era muy reconocida en toda España, no dudaba en actuar donde fuera solicitada a pesar de ganar literalmente tres duros diarios, si eran actuaciones dobles, si éstas eran públicas o privadas. Fue tanta su fama que hasta sus propios compañeros recomendaban sus servicios cuando no les  ofrecían suficiente dinero como para actuar ellos mismos. De este modo, se acuñó expresiones como "que lo haga Rita la Cantaora" o "eso lo va a hacer Rita la Cantaora" para referirse a todas las veces en las que uno no está dispuesto a realizar una acción basicamente porque no quiere o no le conviene.

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