El Joker sorprendentemente escapa de Arkham (lo de sorprendentemente es un decir. Este manicomio parece un queso gruyere) y no se le ocurre otra cosa que tramar una autentica broma asesina y la víctima será el comisario James Gordon y su hija Barbara... cuando alguien llama a su puerta, siendo ella quien abre, recibiendo un
disparo a quemarropa del Joker al abrirse la puerta. Posteriormente los secuaces del payaso del crimen la golpean y se llevan al padre de Barbara, quien es fotografiada desnuda y ensangrentada por su atacante, mientras Gordon no sólo es torturado físicamente por el Joker, sino psiquicamente, siendo obligado a ver tales fotos escabrosas. Barbara acabará parapléjica.
Pero la idea del cómic no es sólo mostrarnos a un Joker cruel y despiadado muy alejado de aquellos finales de los 50 y 60 donde intentaron suavizar sus crímenes (cosas de la censura), sino mediante flashback del propio Joker se nos mostraba el origen del personaje cuando no era más que un delincuente de poca monta al que le pusieron una capucha roja tapándole el rostro, nombrandole The Red Hood (El capucha roja). Todo a partir de que el propio Batman reconoce que, a pesar de estar luchando años y años con este psicópata, apenas conocía nada de él.
Este origen es literalmente el oficial, ya se nos contó en el Detective Comics #168 de 1951 con la aventura "El Hombre tras la Capucha Roja", pero esta historia magníficamente dibujada y escrita por Alan Moore y Brian Bolland respectivamente entraba dentro de la psique de un personaje que antes de convertirse en un perturbado tuvo una mujer e incluso pudo ser padre. El final de la historia es impresionantemente demencial, haciéndose hincapié que, a pesar de que Batman y el Joker tienen motivaciones muy diferentes, son muy parecidos ya que ambos vivieron situaciones tan dificiles que los hizo elegir entre el bien y el mal.
¿Quién era Red Hood? |
Publicada en 1988, la broma asesina es una de las mejores historias gráficas de la historia. No obstante, años después (2005 concretamente) aparecería otra historia que sin entrar tanto como la primera en la psique del Joker era todo un homenaje al origen del payaso criminal.
El hombre que ríe es el título de dicho cómic que a su vez está evidentemente basado en la película "El hombre que ríe" (del año 1928) basado en la novela homonima de Victor Hugo en la que aparece un personaje caracterizado por el actor Conrad Veidt que no puede dejar de sonreir debido a un accidente, el cual fue la inspiración de Bill Finger y Bob Kane, creadores de Batman, para dar la apariencia física definitiva al Joker.
Esta historia escrita y dibujada por Ed Brubaker y Doug Mahnke respectivamente
comienza con una serie de estrafalarios y atroces asesinatos a varios
personajes célebres de la ciudad Gotham que llaman la atención de Batman,
llevándole por primera vez a un cara a cara con el Joker, siempre mostrandonos la supuesta relación (que al final se comprueba que es verdad) entre el payaso y el desaparecido Red Hood.
Ambas historias simbolizan lo que es el Joker: un payaso criminal, psicópata y asesino al que Batman tiene que atrapar antes de que haga más daño. Son historias duras (no para todas las edades), pero que merecen leerse porque estamos ante las más grandes, ayudandonos a conocer a uno de los villanos más temibles del mundo del cómic.
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