Era previsible. De las elecciones y la firme oposición de la izquierda, muchas veces con ofensas lamentables no sólo hacía su persona, sino a los madrileños, Ayuso salió como una lider fuerte dentro del centroderecha español, algo que evidentemente ponía en entredicho la posición del Presidente nacional. No voy a entrar en los telemanejes raros que han habido dentro del partido, con espionaje incluído, pero sí en que la situación en suficientemente grave para que los que negaron tal espionaje, se vayan a su casa.
Por otro lado, es evidente que hace falta otro rumbo y que el PP está obligado a entenderse con VOX (que NO es extrema derecha a diferencia de otros que SÍ son extrema izquierda), un partido político, cuyo máximo lider precisamente vino del propio PP y de cualquier PP, sino del País Vasco en unos años bastante asquerosos por culpa del terrorismo.
Hace falta un centro derecha fuerte. España lo necesita y después de lo del espionaje y de algunas decisiones, aún más si cabe. Y da igual que te llamen extremo nosequé porque haga lo que haga la derecha, siempre van a decir a mentar al fascismo determinados individuos que no han visto un fascista en su vida y que llaman facha a todo aquel que ni tan siquiera se acerque a sus postulados (primero lo fue el PP/AP, después Ciudadanos y por último VOX). Hace falta una derecha sin complejos. Lo dicho: a la derecha (o centro derecha) le va terriblemente mal cuando renuncia a combatir determinados postulados, cuando se inclina ante lobbies o grupos de poder y cuando pretende que la izquierda le perdone la vida. Eso último es en lo que quizás ha caído más la derecha, incluso el mismisimo Aznar. Hace falta una derecha fuerte y los actuales lideres del PP no ofrecen esa garantía.
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