El buenismo de occidente con respecto al mal es como poco delirante. Mucho hablar de la defensa de los derechos humanos e ir contra los dictadores, pero no sólo no lo hacen, sino que van contra dictadores muertos (¿cuántas veces han hecho resoluciones condenando a Hitler?). Lo de Putin se veía desde hace tiempo; lo peor es que ellos lo vieron, pero prefirieron optar por una especie de via diplomática (acuerdense de la patética imagen de la mesa kilometrica entre el Presidente de Francia y el hijo no reconocido de Stalin) en lugar de atacar... y no atacar con esa memez de nosequé sanciones, sino de una forma real y contundente (creo que está todo dicho).
Casi han pasado 100 años desde que Europa dejo no sólo que Alemania se rearmase, sino que para evitar la guerra, se prefirió que el nazismo invadiera otros países. El mal existe; eso es algo que la sociedad occidental ha negado desde casi siempre (sobre todo desde el final de la guerra mundial) y eso es algo que al mal le viene muy bien. Lo peor del diablo no es que provoque maldades, sino que la gente crea que no existe. Nadie creía que el Putin ese atacaría; pues lo ha hecho. ¿Y ahora qué? ¿nos dejamos de iluminar edificios con la bandera de Ucrania y a tocar Imagine o hacemos cosas duras, pero efectivas?
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