Aunque vaya a hablar de doña Emilia Pardo Bazán, insigne escritora gallega, no voy a hablar de ella simplemente como literata (muy reconocida por "Los Pazos de Ulloa"), sino como persona, aunque en cierta medida es un poco lo mismo.
A pesar de que en Pardo Bazán tenemos la introducción de cierto feminismo en España, lo cierto es que su posición (pertenecía a la nobleza), así como que su familia fuera abierta de mente hizo que todavía en pleno Siglo XIX pudiese ser escritora, aunque sus colegas literatos le negaron no ya sólo ser uno de los suyos, sino ocupar un asiento en la Real Academia de la Lengua (la primera mujer fue Carmen Conde Abellán en 1979). Su gran amigo Benito Pérez Galdós era el único que la trataba como un igual.
Donde quería entrar es que incluso en el ambiente académico tuvo sus problemas. Ya en pleno Siglo XX, cuando doña Emilia era titular de una cátedra extraordinaria en la Universidad Central de Madrid, vio, cuando iba a comenzar sus clases, que sus alumnos se negaron a que ella les diera clases. ¡Lamentable!
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