sábado, 11 de junio de 2016

La nada nadeante

Ahora que estamos en campaña electoral (¿Alguna vez lo dejamos de estar?) Convendría poner a todos en su justa medida y por lo que son: unos vendehumos, que cual Dorian Gray se acicalan, presentándose como el espíritu vivo de la renovación y el cambio, pero por dentro son unos seres viejos y decrépitos que bien en el Congreso de los Diputados, en Cataluña o en la Universidad (lamentable) llevan haciendo política toda la vida, simbolizando la nada más absoluta con eslóganes, cuyo gancho no dura más hasta que las dos semanas de elecciones.


Porque eso representa la política española, completamente alejada del ciudadano, que promete imposibles y "regala" un dinero que es de todos para obtener un voto cautivo que les hace permanecer en el poder aún cuando representan la forma de gobernar del fracaso. 
Eslóganes fáciles y con gancho que mezclan con la peor muestra del postureo actual que consiste entre muchas cosas el dar mítines en casas ajenas, en ir con mochilas (intuyo que vacías) a todos lados como si eso te hiciera más humano (cierto Presidente de Canarias es asiduo a ello) y mucha hipocresía incluso para uno mismo cuando insultan con el que van a pactar o se autodefinen ideológicamente de una forma cuándo antes se definían como lo contrario.
Lo malo de vivir en un Estado tan poco dado a la autocrítica y acostumbrado al postureo es que al final se acaba haciendo caso al que aparece mil veces en los medios para decirnos el mismo rollo de siempre y a cobrar un pastizal en muchos casos para no intervenir en ninguna sesión y hacer lo que diga el partido (A ZP tengo entendido que antes de ser Secretario General del PSOE lo llamaban el mudo). Al final muchos acabarán representandose a si mismos, haciendo nada porque representan proyectos vacíos que son la nada.

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