"Por ello, a la pregunta formulada hace seis mil años por el Eclesiastés: «¿Quién ha podido jamás sondear las profundidades del abismo?», dos hombres entre todos los hombres tienen el derecho de responder ahora. El capitán Nemo y yo"
Sobran palabras para describir "20.000 leguas de viaje submarino. La gran obra de don Julio Verne es por derecho propio una de las más imaginativas y trascendentales de la cultura occidental, yendo más allá de su propio tiempo: entre la ciencia ficción y la aventura con una pizca de fantasía, enfocando con la mitología de cefalópodos gigantes o con la Altantida, estamos ante una joya que debe y merece leerse una y otra vez.
De un supuesto monstruo que lleva a pique a poderosos navíos pasamos a un submarino de nombre Nautilus, comandado por un oscuro hombre, el Capitán Nemo, al que razones desconocidas han hecho que odie a la raza humana y todo lo que hay en tierra.
Ni siquiera el profesor Aronnax, su fiel sirviente Conseil (o Consejo como se encargaron de traducirlo inicialmente en países de lengua hispana) y el arponero Ned Land (siempre le pongo la cara de Kirk Douglas) sabrán dar con la tecla de tan enigmático personaje.
Lo que si sabemos es que junto a ellos estaremos 20.000 leguas surcando las entonces desconocidas profundidades marítimas entre los deseos de aprendizaje de Aronnax, la capacidad para ordenar a los animales por clases y tipologías de Conseil y las ganas de escapar de Ned Land.
La verdad es que leerlo otra vez, volver a saborear sus páginas, es una auténtica gozada. Un libro perfecto y que solivianta la imaginación de muchos, entre los que me encuentro yo. Una obra magnífica.
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