No es precisamente la mejor película de la historia del cine español, pero tiene un valor tremendo dado que fue el primer largometraje rodado en las Islas Canarias, concretamente el año 1926 en plena época silente. La película es "El Ladrón de los Guantes Blancos".
Los primeros films canarios de los que se tienen constancia son de 1906 y son todo documentales: "Lucha Canaria" y "La Procesión del Corpus" rodados ambos en Las Palmas por Francisco González Padrón. En 1910 se estrenaron en Tenerife otras dos películas "Viaje a través de Tenerife" y "La Erupción del Volcán de Chinyero" (la última erupción hasta la fecha en la isla de Tenerife), pero los "años ilustres" de la cinematografía canaria no llegaron hasta 1914, con la intervención en el negocio de José González Rivero.
Gonzalez Rivero, natural de Cuba (aunque en Tenerife desde muy pequeño) era gerente del Teatro Leal (enlace) en San Cristóbal de la Laguna en Tenerife. Era un hombre muy aficionado al cine hasta el punto de que veía películas diariamente. Muy pronto
adquirió una cámara y empezó a producir documentales donde se mostraban imagenes de la isla y la vida cotidiana, fundando primero Ediciones Rivero y posteriormente la productora Rivero Films, dedicada a filmar documentales y noticiarios. Fue en ese momento cuando se planteó rodar un largometraje, algo que era toda una aventura en una época como aquella (y más en las Islas Canarias).
González Rivero se encargó de la iluminación, cámara, revelado, montaje o tirado de copias, mientras de la dirección artística se encargó el escritor y colaborador en periódicos Romualdo García de Paredes (así como de la producción, adaptación del argumento, redacción de rótulos y de la dirección de los actores). Ambos dirigieron la obra, interviniendo en dos papeles. García Paredes haría del detective protagonista.
Gonzalez Rivero y García de Paredes |
"El Ladrón de los Guantes Blancos" se rodó entre Enero y Agosto de 1926 (un tiempo de rodaje muy largo debido a que era un serial que se proyectó en dos jornadas y que, tras la perdida de uno de los rollos en los años 50 nos quedaron unos 137 minutos) en espacios localizados en Santa Cruz de Tenerife, San Cristóbal de la Laguna, Tacoronte, Los Realejos y Puerto de la Cruz. Las escenas se llevaron a cabo en lugares tales como el Hotel Quisisana, el Salón de Espejos del Casino de Tenerife, Finca España, el monte de las Mercedes, el Camino Largo y el Hotel Taoro entre otros.
El argumento es el siguiente: David Henry (J. M. Mandillo) es un banquero retirado que vive con su hija Ketty (Angelina Navarro) en un lugar cerca de Londres. Henry recibe una carta de El Encapuchado comunicándole que planea robar un collar de diamantes de su familia durante la fiesta que tendrá lugar esa noche en su mansión. El banquero acude al abogado y detective Tom Carter (Romualdo García de Paredes), el cual, junto a su secretario (Rodolfo Rinaldi) y su ayudante (Pedro Rodríguez Bello), intenta atrapar a El Encapuchado. Sin embargo no pueden evitar que se produzca el robo del collar. A partir de ahí, en una jornada maratoniana tendrán que recuperar dicho collar. Hay que advertir que en el desaparecido rollo aparecía el robo de dicho collar.
Rodada con "actores del país", era una película artesanal (como se decía antes): el proceso técnico de revelado y montaje, así como los coloreados de algunas escenas los realizó el propio González Rivero en el laboratorio que tenía en su casa de la calle Consistorio en la ciudad de los adelantados. Por otro lado, ninguna de las escenas se rodó con luz artificial (ni siquiera las interiores).
La película, a pesar de su larga duración (constaba de 13 partes, proyectandose partida en dos días seguidos), fue muy bien recibida por el público y la crítica tinerfeña, destacandose en ella la influencia del cine norteamericano, estando muy apegado al cine policiaco. Los diarios resaltaron el trabajo de González Rivero y valoraron la posibilidad de crear una industria cinematográfica en las Islas Canarias (algo que desgraciaamente no tuvo lugar), así como el potencial de Canarias como plató de rodaje (algo muy valorado recientemente por las productoras tanto nacionales como internacionales). Su estrenó fue el 6 de Septiembre de 1926 en el Teatro Leal en San Cristóbal de la Laguna y en el antiguo (y desaparecido) Parque Recreativo en Santa Cruz de Tenerife (el considerado como primer teatro-cine de la isla se hallaba donde se encuentra actualmente el edificio central de Cajacanarias en Puerto Escondido), exhibiendose también en la Isla de Cuba.
Todo cayo en el incomprensible, aunque habitual olvido (su última proyección databa de 1955). En 1981 la Filmoteca Española, consiguió localizar la copia en 35 milímetros, que conservaba la familia de González Rivero. Tras alcanzar un acuerdo, se trasladó en barco a la Península (al ser una copia antigua era inflamable, por lo que no se podía trasladar en avión). En Madrid se realizaron dos
nuevas copias en película de seguridad.
El largometraje ha sido exhibido algunas veces, siendo la más reciente en el Paraninfo de la Universidad de La laguna. "El Ladrón de los Guantes Blancos" es por derecho propio una pieza que debe tenerse en cuenta en la historia del cine hecho en las Islas.
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