martes, 19 de junio de 2018

Un día para la infamia

En la historia del mundo y más concretamente en España han habido muchos días donde el ser humano ha demostrado con creces lo miserable que puede llegar a ser... pero aquel 19 de Junio de 1987... 


Ese día el terrorista de ETA Troitiño realizó tres llamadas de aviso desde una cabina telefónica, dirigidas a la Guardia Urbana de Barcelona, a la administración de Hipercor y al diario Avui en la que decía que iba a haber un atentado. No nos llevemos a engaños: aunque "avisó", en ningún momento dijo dónde estaba la bomba. Lo único que se sabía era que la explosión sería a las 15:30 horas (dando un margen de entre quince y cinco minutos desde las llamadas), 38 minutos antes de la hora real. 


La ingente labor de la seguridad del establecimiento, ayudada por Guardia Urbana y Policía, buscaron el paquete.  Se dice que debían haber desalojado el local, pero la sorpresa fue tan mayúscula que se pensó que el artefacto se encontraría. Por otro lado, era habitual recibir avisos de bomba falsos por lo que al no ser encontrado el paquete, se pensó en tal cosa ("La Vanguardia" hablaba de hasta 20 avisos diario).


Lo cierto es que las 16:10 se activaron los explosivos (estaban en un coche), ocasionando una enorme explosión que voló por los aires la primera planta del garaje, y provocando un socavón de hasta 5 metros de diámetro en el suelo del establecimiento por el que penetró una bola de fuego que abrasó a todas las personas que encontró como si de napalm se tratara. Los gases tóxicos hicieron el resto. 
Hubieron 45 heridos y 21 muertos (entre ellos muchas mujeres y niños), algunos de los cuales estaban carbonizados, haciendo realidad el sueño de los asesinos etarras de socializar lo que ellos llamaban el "conflicto", pero que en realidad era el que unos miserables pistoleros acababan con la vida de personas por puro odio; por maldad. Por eso los que los defienden (mucho nazionalismo catalán, extrema izquierda y algún otro del PSOE); los que lo reciben incluso en Barcelona (lugar mismo donde tuvo el atentado) me dan tanto asco como los propios asesinos. 


Aún hoy el atentado de Hipercor (que destrozó varios edificios aledaños) es visto como ejemplo de la miseria humana; de algo que España NO puede, NI debe olvidar. Ni conflictos; ni narices. ETA sólo buscó la muerte de personas y actualmente busca el blanqueamiento, algo que desgraciadamente merced a una sociedad taciturna y pueril está consiguiendo. Pero esto es como decía Jesucristo: son sepulcros muy blancos por fuera, pero que por dentro están llenos de podedumbre y corrupción. Por eso: NO OLVIDAMOS. 

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