Es curiosa y llamativa la cantidad de gente que me encuentro por redes, la cual no se mueve de su discurso previamente concebido aún cuando le has demostrado no ya sólo con argumentos, sino con pruebas lo equivocados que están. Y si encima entra de lleno la política es todavía peor.
Un ejemplo (aunque hay muchos): me encontré a una persona quejándose de que el PP no había dado su apoyo al Gobierno en este Estado de Alarma. A lo cual yo le respondí con la verdad objetiva usando una imagen.
Como pueden observar hasta Vox, a pesar se su desconfianza en este Gobierno, voto a favor. La respuesta de la persona mencionada no sólo no fue admitir la evidencia, sino decir que el PP había criticado todas y cada una de las medidas del Gobierno. Lo que les molesta a estos (y así lo dejé claro) es que durante el Estado de Alarma, a diferencia del de Excepción o Sitio, exista la Libertad de Expresión y como tal se pueda criticar o elogiar a este Gobierno, el cual, como siempre, ha pasado de negociar las medidas, tanto médicas como económicas, con oposición, patronal y sindicatos, resultando en improvisación, tras improvisación, cuyo último capítulo lo tuvimos en el BOE, que no salió hasta bien entrada la noche, por no hablar de la compra de tests de más que dudosa funcionalidad.
Ese es el problema la escasa autocrítica (la cual teniendo determinado Presidente y cierto Vice no me extraña), lo que hace que vengan los individuos de turno a decirte lo que tienes que pensar y decir, aunque sea una evidencia que ya desde antes del Estado de Alarma se hicieron las cosas mal. Dicen que Fernando Simón es un gran profesional, que trabaja mucho. No dudo de ello. Y que los "fachas" (otra vez la palabrita que utilizan los totalitarios para acallar a quien no piensa como ellos) somos seres malvados que vamos en contra del señor Simón. Falso de toda falsedad (como diría el otro). Quien ha ido contra Fernando Simón es el propio Fernando Simón cuando decidió que era mejor seguir otros criterios no médicos, auspiciado por un Gobierno y más concretamente por el Ministerio de Sanidad presidido por un licenciado en filosofía (muy "médico" todo) que lleva mucho tiempo en política.
Y ese es el problema: cuando al político se une a la prepotencia y a él a los incorregibles aduladores, el leñazo es tremendo. Por cierto, muchos de esos son los que decían que esto del coronavirus era una simple "gripe" cuando ya estaban muriendo a centenares en Italia. En fin...
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