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viernes, 1 de diciembre de 2017

El hijo de la Revolución que fue Emperador

Hay gran cantidad de personas que de una u otra forma reivindican la Revolución Francesa no ya como el cuestionamiento del Antiguo Régimen, sino del establecimiento de lo que sería el Gobierno del pueblo para el pueblo y por el pueblo. Lo cierto es que las consecuencias fueron el fin de la Monarquía, baños de sangre por toda Francia merced a un individuo (Robespierre) que veía contrarevolucionarios en todas partes, la hambruna siguió existiendo y para colmo la llegada poco a poco al poder de un hombre natural de la isla de Córcega, que llegó a autoproclamarse Emperador. Efectivamente; una de las consecuencias derivadas de la tan alabada (por algunos) Revolución Francesa fue el mismísimo Napoleón Bonaparte. 


Y es que Napoleón, hijo de nobles corsos afrancesados, unió su destino desde el principio a la revolución cuando era un simple cabo ("el pequeño cabo" lo llamaron durante toda su vida para ridiculizarlo) y cuando estallaron las revueltas en Francia el año 1789 fue uno de los más destacados a la hora de defender la causa republicana en su isla natal, aunque la caída de Robespierre (que pasó a la historia como "El incorruptible"), tras ser traicionado, le devolvió al anonimato, provocando que le hicieran prisionero durante algún tiempo y le degradaran. Napoleón tomó nota del asunto.


El 5 de Octubre de 1795 fue convocado por Paul Barras, principal líder político del Directorio, para reprimir el alzamiento monárquico y contrarevolucionario que había surgido en París como protesta contra los excesos de la revolución (que no habían acabado con Robespierre). Así, con un ejército improvisado, defendió a la Convención en el Palacio de las Tullerías. Con ese triunfo, Napoleón consiguió hacerse notar, ganando mucha fama entre los líderes del Directorio, los cuales desconocían las ambiciones personales de Bonaparte.
No todo iba a ser política o batallas: el 9 de Marzo de 1796, Napoleón contrajó matrimonio con Josefina, que era viuda, puesto que su esposo,  Alexandre François Marie, Vizconde de Beauharnais, había fallecido dos años antes. Este matrimonío se mantuvo hasta 1810 (ya se hablaba de las infidelidades de Napoleón, aparte que se decía que Josefina era incapaz de darle un heredero, lo cual era absurdo dado que ella ya tenía dos hijos), cuando se casó con María Luisa de Austria, la cual en 1811 dio a luz un hijo, que recibió el título de Rey de Roma, el futuro Napoleón II.

Josefina

El mismo mes en que se casó con Josefina recibió el mandato del ejército francés en Italia. Allí realizó varias campañas vitales para Francia, como la expulsión de las tropas austríacas y la derrota de las tropas papales. Mediante tratados de Paz, modeló Italia a su gusto y manera. Disolvió el Estado de Venecia, creando la República Cisalpina, germen del futuro Reino de Italia. Comenzaba a surgir el Napoleón estratega y estadista, algo que le valió los parabienes de todos, siendole concedido el rango de General.


El Directorio no veía con buenos ojos a Napoleón. El hecho de que pudiera ganarse el favor de la plebe (posibilitando la llegada de que el mismo se proclamara Rey o algo peor) y su origen corso (teoricamente extranjero) fueron las causas de que fuese alejado en una misión en Egipto (1798-1799) donde se maravilló de la belleza de las pirámides, posibilitando gracias a sus escritos y a su interes personal que estudiosos galos fueran al antiguo país de los faraones a descubrir sus tesosos. En parte, con Napoleón nació la egiptología (Para saber más...). Por otro lado dicha tarea volvió a demostrar el talento del joven militar que venció a los turcos en Siria y volvió a Francia como un gran héroe en un periodo de inestabilitad política. 

En Egipto

Una vez de regreso, los moderados, entre los que se encontraba uno de los Directores llamado Emmanuel-Joseph Sieyès, le encargaron la misión de desbancar al Directorio para restablecer el orden en la República que estaba en bancarrota y acosada por el resto de Naciones (como siempre). Así, las tropas de Napoleón disolvieron todos los consejos y se quedaron como cónsules provisionales Sieyès, Ducos y el propio Napoleón. Antes de que Sieyès pudiera dar un golpe de Estado, Bonaparte redactó la Constitución del Año VIII, autoproclamándose Primer Cónsul de la República. El golpe lo había dado Bonaparte.

Abucheado debido al golpe de Estado del 18 de Brumario

El invierno de 1800 le bastó al autonombrado Primer Cónsul para organizar la justicia, la administración y la economía de Francia a su manera. Además, se revolvió contra Austria quien, en su estancia en Egipto, había convocado la Segunda Coalición para derrocar la República Francesa. Les derrotó, imponiendoles la Paz de Lunéville el 9 de Febrero de 1801. Algo parecido sucedió con los británicos, quienes depusieron las armas en la conocida como Paz de Amiens firmada el 25 de Marzo de 1802.


El poder de Napoleón aumentó con la Constitución del Año X, que le nombraba Primer Cónsul vitalicio. En 1803 ostentaba aparte del mencionado cargo de Cónsul vitalicio, el de Presidente de la República italiana, mediador de la Confederación helvética y reoganizador de Alemania. Debido a esto, en 1804, con todo el poder que le conferían los cargos que he mencionado, Napoleón Bonaparte, aquel hijo de notables corsos, se autoproclamaba Emperador de todos los franceses y Rey de Italia. La Revolución como tal ya había terminado, la república francesa no existía, ya que se abría una nueva etapa donde Napoleón expresaría en forma de actos e imposiciones todo su ideario a nivel político y militar. Un auténtico tirano nacía para el continente europeo. 

Napoleón Emperador

Muchos intelectuales y miembros de las clases populares francesas le dieron la espalda. Una anécdota conocida es la del famoso (y temperamental) compositor Ludwig van Beethoven, el cual estaba entre aquellos que admiraban a Napoleón por lo que simbolizaba políticamente: los ideales democráticos y republicanos salidos de la Revolución francesa. Fue entonces cuando comenzó a componer su Tercera Sinfonía, que titularía Eroica ("Heroica", en italiano) en homenaje al hombre que tanto admiraba. Sin embargo, con la autocoronación de Napoleón, Beethoven se enfadó muchísimo y le retiró la dedicatoria (Para saber más...) colocando como subtítulo: "Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d'un grand'uomo" ("Sinfonía heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre" en italiano).


El régimen establecido se dejó llevar por completo por los mandatos del Emperador, quien creó numerosas medidas que mejoraron la economía, la sociedad y la vida de los galos, mientras se establecía el Imperio mediante el Tratado de Tilsit en 1807, tras las batallas en Austerlitz (1805) y Jena (1806), y tras derrotar a la Tercera y a la Cuarta Coalición (1805-1807). Francia se dividió en 132 departamentos y varios Estados vasallos (donde Napoleón había impuesto su Monarca o Virrey) entre los que estaba el de la Confederación del Rin.
Los Reyes europeos le haran guerra al Imperio francés (las famosas guerras napoleónicas) por varias razones:
  • Los nexos de familia que tenían Austria y España con la derrocada dinastía de los Borbones.
  • El temor que les inspiraba el propio Napoleón capaz de destruir grandes ejércitos en días.
  • Los generosos sobornos económicos que ofrecía Gran Bretaña, grandes enemigos de Francia, a Europa a cambio de que aportaran sus soldados para la cruzada antinapoleónica.
  • La rivalidad comercial-militar entre británicos y franceses.
El genio político y estratega de Bonaparte era tremendo hasta el punto de que todos le temían. Sin embargo, todo lo que sube tiene que bajar y Napoleón encontró la horna de su zapato en un país que él juzgaba de "gente atrasada y llena de curas". Efectivamente; España, la que había ocupado (poniendo de Rey a su propio hermano José) gracias a la ineptitud borbónica (primero de Carlos IV y después del Príncipe Fernando, futuro Fernando VII), con la técnica de guerra de guerrillas y la ayuda exterior, principalmente de Gran Bretaña, acabaron por echar a los franceses. La otra derrota fue en Rusía donde entró en 1812, llegando hasta Moscú, pero, debido al frío ( "derrotado por el General Invierno" diría el propio Napoleón) y a las tácticas de quema de campos empleadas por el ejército ruso del Zar Alejandro I, tuvieron que irse. 

Retirada de Rusía

Aprovechando la debilidad de Bonaparte, Europa oriental se sublevó. Del 16 al 19 de Octubre de 1813 se produjo la batalla de las Naciones en Leipzig (Prusia), la cual perdió Napoleón. Francia fue invadida por el sur y el este. Los aliados entrarían en París el 31 de Marzo de 1814, haciendo abdicar a Napoleón a favor de su hijo y posteriormente, en Abril, firmó la renuncia total en la ciudad de Fontainebleau.
Tras renunciar, fue exiliado a la isla de Elba, pero el león todavía conservaba el rugido. Planificó su regreso para luchar contra lo que el Congreso de Viena estaba estableciendo para el futuro europeo. El 1 de Marzo de 1815 desembarcó en Antibes y recuperó el poder durante cien días. El ejército francés con gran regocijo apoyó a aquel que una vez fue, no sólo su Emperador, sino el General que les alumbró en numerosas batallas y luchó a su lado. Así con todos los hombres que pudo juntar, marchó sobre Bélgica a la conocida batalla de Waterloo, en la que fue definitivamente derrotado el 18 de Junio de 1815 (Para saber más...).

Llevado a hombros, tras su regreso de Elba

Después de este último intento, aunque la población y el ejército le apoyaba, los políticos franceses le retiraron su confianza, abdicando en favor de su hijo. Los ingleses apresaron y encarcelaron a Napoleón, desterrándole a la isla de Santa Elena bajo extrica vigilancia. 


Finalmente, el 5 de mayo de 1821, falleció en completa soledad (algunos dicen que envenenado). Sus restos no volverían a Francia hasta 1840, sonándo el requiém de Mozart, y siendo enterrado en una Tumba bajo la cúpula del Palacio Nacional de los Inválidos, en París, que fue realizado en un pórfido rojo importado de Rusia, acomodado sobre una base de granito verde, rodeado de laureles e inscripciones que recuerdan las grandes victorias de aquel "hijo de la Revolución".

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