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miércoles, 21 de noviembre de 2018

¿Por qué me gusta la mitología clásica?

No es fácil contestar a la pregunta con la que título esta entrada al menos no de una forma corta y concisa. Lo cierto es que desde pequeño siempre me interese por las historias de los héroes sobre todo las que tuvieran que ver con Heracles (o Hércules) o Jasón (y su Vellocino de Oro), así como los escarceos amorosos de Zeus que traían de cabeza a la mismísima Hera.


Eran historias llenas de complejidades que en muchos casos imitan a las actitudes humanas en diversos planos, lo que demuestra que estos Dioses o semidioses sólo tenían de diferente sus poderes o la inmortalidad; por lo demás eran parecidos a nosotros o a quienes pensaron tales relatos. Una de las películas que siempre me fascinó de pequeño era Jasón y los Argonautas no sólo por los avances técnicos con stop motion, sino por la historia plagada de peligros para nuestros protagonistas y muy especialmente para Jasón, aparte de la aparición de los Dioses en la vida de los seres humanos, algo que pasa en todas las historias mitológicas. 


De hecho, más allá de la adaptación de historias o el recorte del argumento, Troya (ya saben con Brad Pitt, Orlando Bloom y demás) hubiera estado mejor si en la vida de tales héroes hubieran aparecido los Dioses (dejando de lado la relación entre Aquiles y Patroclo y que Aquiles NUNCA entró en Troya entre muchas otras barbaridades argumentales). Precisamente, tanto la Iliada como la Odisea (regalo de Reyes) me las leí de un tirón y tengo que decir (escribir en este caso) que son dos historias extremadamente violentas (no olvidemos de la segunda el cómo se carga Odiseo a los pretendientes de Penelope).


Entre historias de mitos, monstruos y héroes llegó la Hércules de Disney que si bien era entretenida resultó una profunda decepción dadas las barbaridades que cometieron. Mientras los otros niños disfrutaban de la película, yo me preguntaba ¿Hera es la madre de Hércules? ¿Zeus acaso no tiene otros hijos? ¿Hades el malo? y así muchas preguntas y aunque es verdad que la disfrute (no era más que un niño) no deja de ser una historia sin pies, ni cabeza. También es verdad que es Disney y otras veces han hecho barbaridades con la historia, en este caso con Pocahontas. Honestamente prefería al Hércules televisivo, más "cercano" (dentro de lo que cabe) al de Disney. 


Aún disfruto con estas historias de las que me empapaba gracias a la enciclopedia Larousse que teníamos (la Wikipedia aún quedaba muy lejos) y que me hacía viajar a la antigua Grecia. Y es que en el fondo, las historias de la mitología clásica (grecolatina o grecoromana) es la historia del pensamiento humano y, a pesar del tiempo, nos siguen influyendo muchísimo.

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