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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Veronica Lake, entre el exito y la tragedia

"Yo no era un sex-symbol; era un sex-zombie"
Hablar de Veronica Lake es hablar de éxito (sobre todo en los años 40) y tragedia; en base a un declive tanto personal como económico que la llevaron a la ruina emocional (que es quizás la peor de todas). Nadie dijo que la vida fuera fácil...


Aunque su estrella fue fulgurante. Su nombre real era Constance Frances Marie Ockelman, pero sería el productor de la Paramount Arthur Hornblow Jr., el que le cambió el nombre por el de Veronica Lake, cuyo apellido hacía referencia a sus "profundos ojos azules". Más allá de la anécdota del nombre, todas las cámaras querían a Veronica, tanto las de fotos (para las que posó infinidad de veces) como las de cine. Su primer gran trabajo fue "Los Viajes de Sullivan" (una de sus mejores interpretaciones) a las que seguirían "El Cuervo", "Me casé con una Bruja" (que sirvió de inspiración años después para la serie de televisión de los 60 "Embrujada"), "La llave de Cristal" y "Sangre en Filipinas". Indudablemente su atractivo físico hizo que Lake fuera una de las caras visibles de los años 40, participando en gran cantidad de anuncios o fotos promocionales.

En "Los Viajes de Sullivan"

Veronica rodó muy especialmente con Alan Ladd con el que hizó cuatro películas, entre ellas la reconocida "La Dalia Azul". Su estrella subió, pero las criticas también y precisamente lo fueron por parte de sus compañeros de rodaje que decían que no podía rodarse a su lado debido a su carácter. También es verdad que a muchos no les gustaba verse ensombrecidos por ella y tal fue el caso de Fredric March, con el que corprotagonizó "Me case con una Bruja", el cual en lugar de llamar a la película "I Married a Witch" ("me casé con una bruja") comenzó a llamarla I married a bitch ("Me casé con una zorra"). Él no querría nunca más trabajar con la actriz, aunque lo cierto es que si fuera ella, tampoco hubiera trabajado con él.


Lake, la cual se casó tres veces (su segundo marido fue el cineasta André de Toth), tuvo diferentes problemas económicos con su familia (su madre la demandó) y entró en bancarrota por su mala gestión (puede que fuera en aquel tiempo cuando se aficiono a la bebida), llegando a ser embargada varias veces por no pagar sus impuestos.

Veronica Lake y Alan Ladd

Trabajó para televisión e incluso teatro, pero ya nada fue lo mismo. Una lesión de tobillo el año 1959 la retiró de la actuación, pero eso no fue lo peor de todo. Tras divorciarse de su tercer marido, vivió en hoteles baratos de Brooklyn y  Nueva York, siendo arrestada varias veces por embriaguez y escándalo público.


La verdad es que su historia final fue terrible. Su salud no sólo física, sino mental (decía estar siendo investigada por el FBI) la había sumido en la desesperación y más de una vez fue internada. Para colmo, estaba enemistada con su familia e hijos. De hecho, murió sola con tan solo 50 años, una de los peores finales para un ser humano.


Sus buenos años pasaron de una forma fulgurante y más de una vez se comentó si no fue una víctima de una industria, tanto del modelaje como de la cinematografía, que quería tenerla perfecta; una mujer con ese aura misteriosa; ese pelo rubio que le daba ese toque de femme fatale tan característico del cine de los 40. A pesar de su vida final y lo mucho que sufrió, prefiero recordarla con una sonrisa.

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