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lunes, 30 de septiembre de 2019

La alargada figura de Joseph Cotten

Joseph conocería a Orson Welles en plena vorágine teatral en la mismísima Broadway. Obras como "Jezabel", "Julio César" o "Historias de Filadelfia" (junto a Katharine Hepburn), que luego serían llevadas al cine, habían sido su carta de presentación, pero nada fue tan importante como cuando conoció a Welles. En 1937 fundó con el futuro cineasta el Mercury Theatre desde donde darían riendo suelta a su imaginación, incluso para hacer aquella celebre recreación de "La Guerra de los Mundos" que tantos ríos de tinta hizo correr. Uno de aquellos que participó en dicha recreación era precisamente él. Su nombre Joseph Cotten.


Como es lógico, los primeros años de Cotten en el cine estuvieron vinculados a Welles. Así llegó "Ciudadano Kane", haciendo el papel de Jedediah Leland, en 1941, que sirvió para darle el prestigio de gran actor que mantendría durante toda su vida. Ni que decir que "El Cuarto Mandamiento" lo consolidó en el mundo del cine.

Joseph Cotten, Orson Welles y Rita Hayworth

Con ese aire misterioso que tenía, con aquella mirada enigmática, destacó muy especialmente en el cine de suspense. Obras como "La Sombra de una Duda", donde interpretaba a un asesino de mujeres, o "Atormentada", ambas de Hitchcock, fueron dos obras sobresalientes en su trayectoría. Precisamente, en "Atormentada" coincidió con Ingrid Bergman con la que había trabajado en la maravillosa "Luz que Agoniza".


Precisamente, por aquellos años volvió a rodar con Welles, aunque en este caso Orson no fue el director. Fue en la extraordinaria cinta de espías con fuerte aroma de guerra fría "El Tercer Hombre", una película que debe verse una y otra vez.

Una cinta con el telón de la guerra fria
También rodaría el western "Duelo al Sol" con un reparto espectacular: Cotten era hermano de Gregory Peck (en uno de sus pocos papeles desagradables de su carrera), siendo ambos hijos de Lillian Gish y Lionel Barrymore. Los dos hermanos, a su manera, compiten por el amor de la joven mestiza interpretada por Jennifer Jones con la que poco tiempo después coincidió Cotten en la obra de corte fantástico/romántico "Jennie".

La eterna Jennie

En los 50 su estrella pareció oscureserse y ya rara vez aparecía en películas. Muy destacable fueron "Niagara", donde perdía el sentido por Marilyn, o "Canción de cuna para un cadáver" de Robert Aldrich, compartiendo reparto con Bette Davis y Olivia de Havilland.


Antes de acabar conviene aclarar a todos aquellos que dicen que los críticos de cine son gente frustrada por no haber hecho carrera en el séptimo arte, decir que Joseph Cotten incluso antes de conocer a Orson Welles fue critico tanto en teatro como en cine. Ni que decir que estamos ante uno de los grandes actores del Hollywood dorado.

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