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martes, 13 de agosto de 2019

"El Rey no es más que un servidor retribuido de la nación"

Carlos de Habsburgo, nieto de los Reyes Católicos y del Emperador Maximiliano, llegó a la Península Ibérica en 1517 para ser nombrado Rey de Castilla por las Cortes de dicho Estado (poco tiempo después sería nombrado Rey de Aragón por las Cortes aragonesas) por la incapacidad mental de su madre para dirigir el Reino. Nunca había pisado suelo castellano y tan siquiera sabía una palabra del idioma de aquellos que serían sus subditos. 


El joven Carlos (con ese mentón tan prominente propio de los Austrias) concretamente arribó a la Península el 19 de Noviembre de 1517, en Villaviciosa, en el Principado de Asturias (allí nació España). El 4 de Noviembre visitó muy brevemente a su madre Juana, recluida en Tordesillas por su inestabilidad mental, y pudo obtener un permiso formal para gobernar en su nombre​, recibiendo la noticia del fallecimiento del cardenal Cisneros, una buena noticia para él, puesto que le dejaba allanado el Gobierno de Castilla.
Las Cortes se reunieron en Valladolid para recibir su juramento a las antiguas leyes y para coronarlo, pero Carlos, muy crecido, se negó a comparecer, enviando representantes suyos que habrían de recibir, según sus pretensiones, el juramento de lealtad de parte de las Cortes. 
Las Cortes Castellanas se negaron a recibir a tales representantes y comunicaron al Monarca que si no se presentaba ante ellas y juraba las leyes del país, no sería reconocido NUNCA como Rey de Castilla. Finalmente, Carlos se sometió; se presentó ante las Cortes y prestó juramento, aunque, según cuentan los historiadores, de muy mala gana. Es por tal cosa, por lo que las Cortes, los procuradores que tenían que recoger el juramento de su Rey,  le dijeron/recordaron: "Habéis de saber, Señor, que el Rey no es más que un servidor retribuido de la nación"; un hombre que no es más que un asalariado de la Nación y que se debe a todos por los que jura (algo que en mi modesta opinión deberían decirle a más de un político y/o gobernante en España). 


Por su parte, las Cortes le hicieron una serie de peticiones al Rey: 
Económicas
  • Que se prohibiese la salida de metales preciosos, monedas y caballos del Reino.
  • Que se mantuviese el sistema de encabezamientos de las alcabalas.
  • Que se mandase a producir moneda.
  • Que no se expidiesen nuevas cartas de hidalguía por resultar un perjuicio a las rentas reales.
Provisión de oficios:
  • Que no se otorgasen cargos públicos, dignidades eclesiásticas a los extranjeros (no lo respetó).
  • Que se devolviese a Burgos la fortaleza de Lara, la cual se hallaba en poder del extranjero Joffre de Cottanes.
  • Que el Arzobispo de Toledo Guillermo de Croy residiese en la Diócesis.
Peticiones personales:
  • Que se le diese un trato más respetuoso/humano a su madre Juana, recluida en Tordesillas.
  • Que el Rey contrajiese matrimonio lo antes posible para asegurar la sucesión del Trono (se casó con su prima, Isabel de Portugal, en 1526, cuyo primer hijo sería el futuro Felipe II).
  • Que hasta que no se cumpliese la anterior petición, el infante Fernando no saliese de la Península Ibérica.
  • Que el Monarca aprendiese a hablar el castellano.
  • Que no se enajenase villa, ni tierra alguna del patrimonio real.
  • Que se conservase el Reino de Navarra, anexionado en ese tiempo a Castilla.
Lo cierto es que Carlos siempre fue visto como un Rey extranjero, no muy aceptado tanto por la Corona Castellana como Aragonesa. De ahí nacieron dos levantamientos: el de los Comuneros en Castilla y el de las Germanías en la zona de Levante sin contar la guerra en Navarra. Para colmo, ya como Emperador, llegaron  en Europa las guerras de religión, fomentada por la aparición del protestantismo.

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