Páginas

sábado, 13 de julio de 2019

La (misteriosa) Reina de Saba

"Oyendo la reina de Sabá la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Yahvé, vino a probarle con preguntas difíciles"
Apenas aparece en un capítulo de los Reyes y otro de Crónicas, aparte de ser mencionada por el propio Jesucristo en Lucas (al igual que también se habla de ella en el Corán), pero ni tan siquiera sabemos el nombre de esta mujer (al menos desde la tradición judeocristiana). Lo que nos queda muy claro que era la Reina del antiguo país de los sabeos, tierra que los arqueologos presumen que se hallaba en los actuales territorios de Yemen y Etiopía, cuyo centro gubernamental estaba en Marib.


Cuentan que la Reina fue a visitar el fastuoso Reino de Salomón, quedando maravillada de lo que vio, de lo grande que era el Reino de Israel, para ser testigo de la fabulosa sabiduria del propio Salomón. Jesús habla de ella así:
"El día del juicio, la reina de Saba se levantará contra esta generación y la condenará, porque vino de una tierra lejana para oír la sabiduría de Salomón. Ahora alguien superior a Salomón está aquí, pero ustedes se niegan a escuchar"
Dicen que la Reina le llevó a Salomón regalos o presentes de especias, oro y piedras preciosas.  En el Corán no se sale de ese punto, aunque añade que impresionada por la sabiduría y las riquezas de las que hacía gala el rey de Israel, se convirtió al monoteísmo, entonando una alabanza a Yahvé. En la tradición etíope su nombre es Makeba, mientras que en la tradición islámica (no en el Corán) es conocida como Bilqis o Balkis.


Ahora un poco de cotilleo antiguo: según el Kebra Nagast (el libro sagrado de la Iglesia ortodoxa etíope), la Reina de Saba Makeba se enamoró de Salomón, teniendo una relación de la que nació un hijo, el futuro Menelik I. Su madre se lo llevó a su tierra y, siendo ya mayor, fue al Reino de su padre, que incluso pensaba en él como Rey de Israel, pero Menelik no aceptó, lo cual no quiere decir que no quedara maravillado (al igual que entonces su madre) de lo que allí vio y oyo.


Menelik, se llevaria consigo el Arca de la Alianza, por lo que ésta no fue saqueada cuando tuvo lugar la primera destrucción del Templo (y el consecuente cautiverio de Babilonia), diciendose que el Arca original fue cambiada por una replica. Tras diversos avatares, según la tradición, el Arca está guardada y custodiada en la conocida como capilla de las tablas en la Iglesia de Nuestra Señora de Sion en Aksum, Etiopía, y que pertenece al Patriarcado Copto de Etiopía. Está absolutamente prohibido el acceso por parte de nadie ajeno en la zona donde supuestamente se custodia el Arca, por lo que la historia no pasa de ser una tradición indemostrable (porque ellos quieren).
Volviendo a la Reina de Saba: ella es un personaje fundamental de la historia etiope hasta el punto de que en ella se basa buena parte del poder de sus Reyes. Es más, dando por cierta la relación entre ella y Salomón de la que nació Menelik, afirman la conexión entre sus Reyes y la Monarquía davidica de Israel, considerandose por lo tanto descendientes directos de la Casa de David y, consecuentemente, Reyes por derecho divino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario