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viernes, 26 de abril de 2019

¿Ha muerto don Benito?

Apenas tenía doce años. Era la menor de seis hermanos y una niña (o preadolescente) cuyo Amor por las artes lo había heredado de sus padres. Hasta ese momento su pasión por el mundo artístico iba encaminado hacía la música y el canto, pero hubo algo... algo que la sacó de allí para dedicarse por entero al noble arte de la palabra escrita.


Había muerto, le dijo su hermana,,, era él; había muerto aquel don Benito que tanto nos había entretenido con su Fortunata y Jacinta, su Tristana, su Doña Perfecta, nos había mostrado el lado amargo de los mendigos en su Misericordia o nos había acercado a la historia de España en el Siglo XIX con sus Episodios Nacionales. Había muerto don Benito Pérez Galdós.


Entonces, la joven Josefina, aquella niña natural de las Palmas de la Gran Canaria, se decidió a escribir un poema dedicado a aquel don Benito; la tristeza la embargaba por dentro; la niña que años después sería reconocida como la poetisa Josefina de la Torre, vinculada a la Generación del 27 y las inmortales sinsombrero. El poema fue publicado en la Jornada (Diario Liberal de Canarias):
Yo noté al levantarme
que el día era sombrío;
sentí una gran tristeza
dentro del pecho mío.
Presentí, entonces, algo,
Y mi hermana me dijo:
-¿Sabes, hermana, sabes?
Se ha muerto don Benito.

¡Don Benito! Aquel viejo
que estaba cieguito,
aquel que me gustaba
porque me daba el cariño.
-Hermana, hermana, hermana,
¿ha muerto don Benito?

Todos, todos, lloraban,
todos, todos, los míos.
Y hasta mi pluma ahora
al escribir, sin ruido,
es como si callara:
¡Ya murió don Benito!

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