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domingo, 7 de octubre de 2018

Los estigmas del Padre Pío

Podría haber sido un simple fraile capuchino, un hombre obediente y recto, si no fuera por los estigmas que presentaba en las manos, pies costados y hombros. El fraile en cuestión se llamaba Francesco Forgione, pero todo el mundo lo conoció como el Padre Pío (nombre que le fue dado cuando ingresó en la Orden) de Pietrelcina , pues había nacido en esta ciudad perteneciente en provincia de Benevento en Campania, que se halla ubicada al sur de Italia.


Antes de nada decir que los estigmas son señales o marcas que aparecen de forma espontánea en el cuerpo de determinadas personas, generalmente místicas, y que son parecidas a las sufridas por Jesús de Nazaret, según la iconografía cristiana clásica. Estigmas (o supuestos estigmas) ha habido siempre, incluido en el Siglo XX, aunque no tan reconocidos como los del Padre Pío. 
De sus estigmas se decía que salia sangre que tenía perfume de flores (aroma asociado a la santidad) y la noticia de tales heridas se extendió como un reguero de pólvora por toda Italia y muchas personas creyeron ellas hasta el punto de ir a San Giovanni Rotondo, donde se hallaban los monjes para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas pues también era Sacerdote.


La Iglesia desde un punto de vista oficial casi siempre fue reacia a tal acción supuestamente milagrosa que era más fervor popular que religioso. Incluso se basó en las investigaciones de una celebridad en psicología, el Sacerdote Agostino Gemelli para decir que no había nada sobrenatural en los estigmas y que eran de origen neurótico (ni siquiera vio las heridas). Incluso, el Padre Pío fue aislado durante un tiempo, impidiéndose que fuera visitado o diera misas. 
Mientras en los 40 el Padre Pío proponía y conseguía en los 50 lo que el llamaba "su obra más grande aquí en la Tierra" que no era otra cosa que el Hospital Casa de Alivio del Sufrimiento que posibilitaba la curación de los enfermos de pocos recursos desde un punto de vista no sólo físico, sino espiritual, el monje vio aumentada su fama por los estigmas hasta el punto de ser visitado por miles de personas de fuera de Italia. Tras la Segunda Guerra Mundial, el mismo fundó los Grupos de Oración del Padre Pío que a su muerte superaban con creces los 100.000 miembros repartidos en más de 1000 grupos.


La controversia con respecto al Padre Pío existió practicamente hasta su muerte, mientras eran muchos los que lo visitaban. Las frases del mencionado Gemelli como que era un ignorante o que se aprovechaba de la Fe de los demás no salieron a la luz hasta mucho después para evitar disturbios dado el respeto que alcanzó el fraile por muchas personas. Incluso Juan XXIII dudaba de tales estigmas.

Su gran obra

Los más acérrimos enemigos del Padre Pío decían (en función de algunos de sus seguidores) que falsificaba los milagros, teniendo además relaciones sexuales con sus devotas. Por otro lado, desde la Iglesia (más bien desde su jerarquía) se decía que que los estigmas los "provocaba" con ácido nítrico y que usaba agua de colonia para crear el "olor de santidad".


La idea que se tenía sobre el Padre Pío y sus estigmas comenzó a cambiar con Pablo VI, el cual rechazó las acusaciones. Lo paradójico es que ni los partidarios, ni enemigos del Padre Pío aportaron ninguna prueba a su favor o en su contra. Precisamente, el fraile de los estigmas falleció durante el Papado de Pablo VI en 1968. Fue beatificado en 1999 y canonizado en 2002 por el mismo Papa: Juan Pablo II.  

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