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sábado, 5 de agosto de 2017

El caballero del fútbol

Pedro Zaballa, al que sus compañeros conocían como "Peru" Zaballa, era un extremo potente y veloz, natural de Castro Urdiales, que había llegado a la elite gracias al Racing de Santander y desde allí pasó al Barcelona post-Helenio Herrera en pleno proceso de renovación con otros jugadores que alcanzarían la elite como Rifé, Pereda, Zaldúa y Fusté. Jugó más de 200 partidos en el club catalán, anotando casí 60 goles, llegando a ser internacional, teniendo su momento de gloria en su único partido con la Selección cuando, en el camino de la Copa de Europa de 1964 (la que España se acabaría llevando frente a la URSS en Madrid) marcó los dos goles del triunfo (0-2) del combinado español en Irlanda. En el Barcelona ganaría una Copa de España y una Copa de Ferías. 


Del Barcelona pasaría al Sabadell como gran figura, marcando incluso el primer gol del equipo catalán en competición europea. Sin embargo, su momento para el recuerdo en el Sabadell no tiene que ver precisamente con ese gol, ni con la posibilidad de conseguir un título. En la que sería su última temporada en el Sabadell (1969-1970), en la jornada 8, el equipo entrenado por el celebre Pasieguito visitaba el Santiago Bernabéu. En el minuto 58 del partido, tras un rápido avance de los catalanes, Zaballa lanza un balón sobre el área del Madrid, y a él acuden dos madridistas, el gigantón portero Junquera, el defensa Espíldora y el delantero centro visitante, Palau. Hay un choque tremendo entre los dos madridistas, cayendo Junquera con sangre en la cabeza, mientras el balón, rebotado, le llega de forma placida a Zaballa. El gol estaba hecho. Sólo era empujarla, pero... la lanzó fuera. El buen extremo prefirió lanzar el balón fuera antes que cobrar un gol con esa ventaja. El estadio se quedó atónito en un principio, pero posteriormente rompió en un gran aplauso que duró cinco minutos como múnimo. Tanto Junquera y a Espíldora fueron sustituidos por Betancort y Zunzunegui respectivamente. El partido acabó con 1-0 a favor de los locales gracias a un gol conseguido por "Pirri" a un minuto del final. ¿Qué hubiera pasado si Zaballa hubiera aprovechado su ventaja?  Nadie nunca lo sabrá, pero lo cierto es que Rosón, Presidente del los visitantes, dijo al final del encuentro que no sabía si debía multar o felicitar a su jugador. Lo cierto es que no era más que una broma, ya que lo felicitó.


Este hermoso gesto le valió a Zaballa para ser premiado por la Unesco en París, con un premio al"Fair play" en reconocimiento a su deportividad. Desde la temporada 1998-1999 la Real Federación Española de Fútbol entrega de forma anual el Trofeo Pedro Zaballa a la afición, club, jugador o Presidente que se ha distinguido por su comportamiento ejemplar durante el año. Desde ese momento, gran cantidad de jugadores han hechado el balón fuera debido a lesiones y para no aprovechase de tal ventaja, aunque lo malo es que algunos rivales tienen la mala costumbre de fingir lesiones para que desde un punto de vista "moral" el adversario eche el balón fuera, evitando la posibilidad de un ataque, haciendose, por lo tanto, mal uso de una forma de actuar noble.


PD: Por cierto, aquel gol que Zaballa no marcó pudo costarle caro a los catalanes, que acabaron la Liga el cuarto por la cola, empatado a puntos con el tercero, el Deportivo de la Coruña, que finalmente descendió. En ese momento, sólo descendían tres. El Sabadell, que en la última jornada jugó (y perdió) en casa con el el Atlético de Madrid, que se proclamaría campeón, se salvó por los pelos.

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