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jueves, 6 de abril de 2017

La mala educación

Cuando no se tiene discurso político más allá del clásico maniqueismo en el que yo soy bueno y todos los demás son malos, pasa lo que esta ocurriendo estos días en el Congreso de los Diputados, donde una pandilla de impresentables la arman semana sí y semana también, insultando y menospreciando a sus adversarios políticos porque ellos dicen que representan a la gente (lo que ellos llaman la gente), que debemos ser todos (a lo mejor los demás estan ahí porque los ha votado una ameba), hablando de una forma barriobajera, chabacana, hiriente e insultante porque así, dicen ellos, hablamos la gente. Por menos se ha criticado a otros parlamentarios (acuerdense cuando Alfonso Guerra llamó tahur del missisipi a Suárez) e incluso por algún que otro aspaviento se les ha echado de la sala. No, señores: no todas las personas (de cualquier condición social) nos expresamos así y mucho menos en según que ambientes porque no es lo mismo estar en el salón de tu casa, en la playa, en la opera o, en el caso de ellos, en el lugar donde reside la Soberania Popular y es que si a ellos los han elegido un número de determinado de personas, a los del PP, PSOE y demás los han elegido otro número concreto de personas.


A esa panda de extremistas se les une el tal Rufián, cuyo apellido refleja a la perfección su forma de actuar. Quiero pensar que a este gente se la educó correctamente hasta que determinadas ideas extremistas, muchas asociadas a movimientos radicales que todos conocemos, hicieron que actuaran casí como si se creyeran una especie de "Che" Guevaras (permitanme el sarcasmo) con la única excepción de que no han pegado un solo tiro, aunque les gusta exaltar a las masas con sus mensajes engañosos más propios de parvulario que de un tipo que dice haber sido profesor de Universidad porque si en algo destacan es por tener un grupo de incondicionales a los que les da igual lo que hagan (insultar, apoyar presos de ETA, condenados que han pegado a embarazadas, ...) porque ellos enfrente no ven a un adversario político, sino a alguien a quien destruir y aniquilar. 
Por eso desprecian tanto esta Democracia, que aunque con sus fallas (algo que ya he comentado anteriormente), no es ni mucho menos un régimen dictatorial. Ahí es cuando les sale la mala educación (creó que adquirida más que aprendida en la casa) de niñatos, que han vivido muy bien gracias a este "régimen" y que ante su falta de argumentación, discurso político y de todo menos cordura, les sale la vena más radical, que incluye todo tipo de improperios contra el adversario político.
PD: No se olviden, Pedro Sánchez quiere pactar con ellos porque si algo le importa a este tipo más que España e incluso su propio partido, es él mismo.

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