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viernes, 11 de noviembre de 2016

Amadeo el breve

"¿Quién puede ser Rey de España?" se preguntaban los hombres que literalmente habían echado a Isabel II y a los Borbones del país gracias a aquel acto revolucionario que ha pasado a la historia con el nombre de la Gloriosa. 

 

Finalmente un grupo de diputados dirigidos por el grandioso Juan Prim encontraron a su hombre. Éste era el Duque de Aosta, Amadeo de Saboya, hijo de Victor Manuel II, primer Rey de la Italia unificada. Sería el primer Rey que sería elegido por un parlamento. Prim quería darle a todos visos de legalidad. Así el 16 de Noviembre de 1870 votaron los señores diputados: 191 a favor de Amadeo de Saboya, 60 por la República federal, 27 por el duque de Montpensier, 8 por el anciano general Espartero, 2 por la República unitaria, 2 por Alfonso de Borbón, 1 por una República indefinida y 1 por la Duquesa de Montpensier, hermana de Isabel II. 19 papeletas en blanco. De este modo el presidente de las Cortes, Manuel Ruiz Zorrilla, declaró solemnemente: "Queda elegido Rey de los españoles el señor Duque de Aosta".

Se buscan Reyes

Para ello tendría que jurar sobre la recién creada Constitución de 1869, algo que haría e hizo de buena gana. Su reinado no empezó bien. El atentado de Prim, su principal valedor, que acabó en su muerte, era un mal presagio que se confirmó en un país empobrecido, incapaz de controlar las colonias de ultramar, varios tumultos callejeros propiciados por una oposición muy grande que defendía intereses distintos (monárquicos borbonicos, republicanos federales y unitarios, ...) por no hablar de la tercera guerra civil carlista que llevaba desangrando al país desde los últimos años del reinado de Isabel II.

Velatorio por el General Prim

La guinda la puso un conflicto entre Ruiz Zorrilla y el Cuerpo de Artilleros, ya que éste había manifestado su decisión firme de disolver dicho organismo militar, bajo amenaza de dimitir, mientras el ejército propuso a Amadeo I que prescindiera de las Cortes y gobernara de manera autoritaria a lo que se negó.
La tradición madrileña asegura que al mediodía del 11 de Febrero de 1873 al Rey Amadeo I le comunicaron su despido mientras esperaba su comida en el restaurante del Café de Fornos. Así que anuló el pedido, pidió una grappa (como se conoce en país como Italia al aguardiente de orujo), recogió a su familia, renunció al trono y, sin esperar la autorización de los diputados (según exigía la Constitución), se refugió en la embajada italiana. 

Caída de Amadeo I

Antes escribió un comunicado, que leyó su esposa, dirigido al Congreso de los Diputados. Lo cierto es que Amadeo, a pesa de su corto periodo como Monarca (algo menos de 3 años), así como su esposa, fue bastante apreciado por la población de su tiempo y el Rey saliente le tenía cariño al pueblo español y es que toda la amargura de su reinado se debió a unos políticos ineptos más pendientes de la idea de España que querían que de solucionar los problemas reales del país. 


El comunicado llenó de amargura y dolor no era más que un corte de mangas a los políticos españoles de uno y otro signo que le había dificultado su labor. La tarde  del 11 de Febrero se proclamó la Primera República Española, que lastaría aún más si cabe al país, pero esa es otra historia.

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