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sábado, 14 de mayo de 2016

A la vejez

Estoy más que seguro. Seguro de que algunos lideres políticos (lo de lideres es un decir) piensan lo que decía Albert Rivera de que solo los nacidos después de la Transición podrían regir los destinos de España Adiós a todos aquellos nacidos antes del 75, diría él supongo (aunque como tiende a cambiar su pensamiento cada día a lo mejor actualmente no piensa tal estupidez). Dicen que la vejez es la madre de la experiencia y, aunque esto no te convierte en un buen estadista, siempre es al menos digno de tener en cuenta. 


Dicen estos grandes prohombres de la política (dicho con ironía) que Rajoy no puede seguir por la corrupción (si el PSOE se hubiera fundado ayer me creería más sus argumentos contra la misma y si Ciudadanos no apoyara tanto a los socialistas en Andalucia a lo mejor tendría en cuenta sus opiniones) y porque es un viejo, con políticas anticuadas al que se debe desalojar (palabra antidemocrática donde las haya) de la Moncloa. Rajoy es viejo... ¡con 61 años!
Me preguntó que hubieran pensando los ingleses de Churchill con 77 años (era el Primer Ministro cuando Isabel II fue coronada) o los estadounidendes de Reagan con 69 años. Menudos vejestorios hubieran dicho si hubieran tenido la mentalidad española y, sin embargo, fueron hombres que, con aciertos y errores, han formado parte de la grandisima historia de sus respectivos países. Sin embargo, Rajoy es muy viejo para nosotros. 
Sin embargo, hay tipos jovenes cuyas ideas y mentalidad no es que sean viejas, sino parecen ser el extraño fruto de un pensamiento que no evoluciona, que se queda congelado en el tiempo. Hablo de personajes como Garzón (no, el juez no. Me refiero a Alberto), que nació en el 85 (10 años después la muerte de Franco), un tipo de más o menos mi edad, un tipo que ni vivió las penurias de la posguerra y ha vivido en un momento de Libertad inigualable en todos nuestros años de Democracia y, sin embargo, es comunista, habiéndole leído hacer alabanzas a un asesino como Lenin, aparte de glorificar regímenes totalitarios (de corte comunista, claro) y declararse republicano, aunque más bien diría que se declara admirador de la Segunda República, lo que es bastante clarificador del personaje. Garzón y muchos son jóvenes en edad, pero viejos de pensamiento. 
La vejez tiene que apoyarse en la juventud y la juventud tiene que apoyarse en la vejez. A un señor se le puede criticar por su gestión de su Gobierno o si no ha sido firme contra la corrupción, pero criticarlo por viejo y antiguo es caer muy bajo (casi tanto como llamar indecente en un debate a un Presidende del Gobierno).
PD: Por cierto, algunos políticos ya me tienen hasta las narices con tanto postureo, tanta frase hecha, tanto salir en los medios, tanto Twitter y tanto tomarle el pelo a todo el mundo.

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