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jueves, 31 de marzo de 2016

Clásicos Inmortales: La Calumnia

Tras "Ben-Hur", William Wyler volvía a esos dramas intimistas, tan característicos en él, aunque con una vuelta de tuerca, mostrándonos un tema tabú por aquel entonces de una forma terrible, sobre todo por su final, sacándose todo a la luz a partir de una calumnia.


Nos encontramos en una escuela exclusivamente para niñas. Las directoras y propietarias de la misma son Martha Dobie (Shirley MacLaine) y Karen Wright (Audrey Hepburn), las cuales son ayudadas por Lily Mortar (Miriam Hopkins), la tía de Martha. Tras comprobar que ese mes, tras pagar las facturas, les han sobrado 90 dólares (adiós a los números rojos), deciden dar un paseo. Sin embargo, cuando Karen vigila a las niñas, haciendo que se acuesten, llega Joe Cardin (James Garner), su novio, el cual es médico, que le cuenta a Martha que ha ayudado a dar a luz a su bebé número 100 y le cuenta que cambió su guardia para verla.

En clase

Mary Tilford (Karen Balkin), una de las alumnas, lee un libro a escondidas junto a sus asombradas compañeras, aunque cuando aparece Karen se queja de tener dolor por todo el cuerpo, afirmando que desea irse con su abuela (Fay Bainter).
Tras todo esto, Karen decide salir con Joseph a pasear, declinando Martha el acompañarlos, saliendo Karen y Joe en el coche de él. Joe esta ansioso por poder casarse con Karen, pero ella le a dado largas hasta el momento debido a que quiere que la escuela adquiera cierta estabilidad económica. Martha los ve desde su ventana despedirse con un beso.

Martha y Karen

Una vez dentro le cuenta a Martha que ella y Joe han decidido casarse cuando termine el curso, ante lo que Martha se lamenta diciendo que todo cambiará cuando lo hagan, tratando la propia Karen de tranquilizarla diciéndole que no tiene la intención de dejar el colegio, a pesar de que a Joe no le haga mucha gracia. Martha se enfada mucho, aunque acabara pidiendo disculpas a Karen por su comportamiento egoísta. Karen le hace ver que no le guarda rencor y que la ha perdonado le da un beso, siendo Mary testigo de ello.


Al día siguiente Mary llega tarde a las clases de declamación de la señorita Mortar y como disculpa le entrega un ramo de flores que encontró en la basura. Cuando Karen las ve le pregunta de dónde sacó las flores, diciendo la niña que las recogió cerca del lago, pero Karen que sabe que había un ramo igual en el cubo de la basura, le pregunta por qué les miente, insistiéndole en que le diga qué le pasa para tratar de ayudarla y comprenderla. La niña insiste en que fue a buscar las flores cerca del lago, decidiendo Karen castigarla `por mentirosa a pasar sola los recreos, no pudiendo por otra parte ir a las regatas el Sábado, quejándose la alumna en ese momento de tener dolores de corazón y de no poder respirar, tirándose al suelo desmayada, por lo que Karen decide llamar a Joe.


Mientras Martha le dice a su tía que puede marcharse de nuevo a Nueva York, pues sabe que ella siempre soñó con volver a Broadway, ya que siempre esta quejandose de todo. Es en ese momento cuando su ría le le dice que lo que le ocurre es que está celosa del novio de Karen, recordándole que desde que era una niña le sentaba mal que sus amigas hablaran con otra persona, algo totalmente antinatural y es que cada vez que aparece Joe siempre tiene un mal día.  De pronto escuchan un ruido, descubriendo a dos alumnas escuchando tras la puerta. Martha, que esta muy enfadada con su tía, le dice que se vaya al día siguiente.
Joe les dice que todo lo de Mary es teatro, diciéndole Martha que alguien tendrá que hablar con su abuela, no deseando hacerlo el mismo a pesar de que la señora Tilford es su tía y la propia Mary es prima suya.  Martha y Karen acuerdan separar a Mary de sus compañeras, pues consideran que es una mala influencia, poniéndose a llorar histéricamente al enterarse, por lo que Joe le propina un cachete.


Rosalie (Veronica Cartwright), una de las alumnas, le cuenta a Mary que Karen y Joe se van a casar, pero que Martha no quiere que lo hagan, y que la señora Mortar le dijo a ésta que siempre tuvo celos desde niña, y que nunca le gustó que nadie se acercara a Karen lo que es del todo antinatural. Mary le exige entonces a Rosalie que le entregue dos dólares, forzándola a ello, ya que sabe que esconde una pulsera que Helen, otra compañera, había perdido: Con ese secreto en su poder obliga a su compañera a darle los dos dólares con los que Mary coge un taxi que la lleva hasta casa de su abuela.


La abuela se enfada al ver que se ha escapado del colegio, diciéndole que lo ha hecho porque tiene miedo a las profesoras, a las que considera muy agradables y buenas personas. Pero la traicionera Mary reacciona diciéndole que sus profesoras tienen secretos, algo que a su abuela no parece importante, decidiendo llevarla de vuelta al colegio, tratando Mary de evitarlo hablándole de los antinaturales celos de Martha y los enfados de Martha cada vez que aparece su primo Joe. Incluso le cuenta al oido, algo a su abuela tan escandaloso que que le pide a su chófer que detenga el coche antes de llegar a la puerta del colegio, bajando ella sola, topándose con la tía de Martha, que le cuenta que su sobrina la ha despedido después de tantos años, diciendole que su sobrina nunca ha sentido interés por los hombres, sino por el colegio y Karen Wright. 

Un oscuro secreto

Tras escucharla, la señora Tilford decide marcharse sin esperar más, diciéndole a su nieta que no regresará al colegio, algo que hace alegrarse a Mary. A partir de ahí, todos y cada uno de los padres comienzan a enterarse del terrible secreto de Martha y Karen, escandalizandose de ello, sacando a sus hijas del colegio ante la extrañeza de las jovenes. Padres y padres las sacan sin motivo aparente.
La última niña en marcharse es Helen Burton, a la que va a buscar su padre. Antes de eso, las profesoras lo interrogan tratando de entender el motivo de lo ocurrido, diciendo el hombre que es mejor hablen con su mujer pues es algo que le resulta incómodo hablar con ellas. Karen insiste y sale tras él, viendo Martha cómo su compañera habla con él, antes de que éste se marche.
Mientras, Mary habla con Rosalie y le dice que ella ya sabía que dejaría el colegio y que ha sido por algo que ella le contó, y que ella contó a su vez a su abuela, formandose una auténtica calumnia en torno a la extraña relación entre las dos maestras. Rosalie se revela, pero Mary la sigue chantajeando con la famosa pulsera. Joe, ignorante de lo ocurrido va a ver a su tía a petición de ésta, que comienza hablándole del despido de la señora Mortar y de lo que a Karen le cuesta decidirse a casarse con él, diciéndole que no debe contraer matrimonio con la joven. 

Martha discute con su tía

En ese momento, aparecen Martha y Karen en casa de la señora Tilford, preguntándole por qué hizo eso, sin que Joe pueda entender nada, contándole su novia que el colegio ya no existe debido a que su tía difundió el rumor de que Martha y ella son amantes, reconociendolo la propia señora Tilford, que lo hizo porque es verdad. Martha le dice que está jugando con sus vidas, a lo que la señora Tilford le responde que ellas estan jugando con la inocencia de muchas niñas, afirmando ante Joe que no lo habría hecho si no estuviera segura de ello.
Martha le dice entonces que tendrá que rectificar ante los tribunales, pues presentarán una querella por difamación. Ella confirmara que su propia nieta es la que ha dicho todo, afirmando que una niña no podría saber que eso existe. Es en ese momento cuando interrogan a Mary, reafirmándose la niña en que lo que le contó a su abuela, diciendo que las dos se veían por las noches en la habitación de Martha y escuchaban ruidos, contando que una noche las vio besarse a través del ojo de la cerradura. Sin embargo, Martha dice que su puerta carece de cerradura Mary, aparte de que el cuarto esta alejado de la habitación de las niñas.


La señora Tilford comienza a sentirse confusa, por lo que Mary cuando que en realidad fue Rosalie quien las vio porque la puerta estaba abierta, aunque no lo contó antes porque no quiso implicarla.Aprovechando que Rosalie está allí, la llaman, negando ella haber dicho lo que Mary cuenta hasta que esta le recuerda lo del robo, diciendo Rosalie, ante el temor de que Mary cuente que es una ladrona, que lo vió.
Tras perder el pleito por calumnia, las jovenes quedan marcadas y con el colegio vacio, todos los de la zona hacen comentarios maledicentes sobre ellas. También a Joe le va mal. Le despiden de su trabajo en el hospital, aduciendo el director que éste se mantiene gracias a la caridad de la gente rica que chismorrea sobre el asunto, aunque le insinúan que podría cortar su relación con las dos mujeres para que todo siga igual, algo que él rechaza. La tia de Martha volverá, tras enterarse del asunto, pero la joven la rechaza, diciendole que siempre la odio. Su tía le dice que Dios la castigará, ante lo que Martha le responde que ya lo ha hecho. 

Víctimas de una calumnia

Joe acaba encontrando trabajo en una granja, decidiendo que Karen y él se casaran la próxima semana. A pesar de que él le ofrece a Martha irse a vivir con ellos, ella le dice que no. Mientras Karen tiene miedo por el futuro, insistiendole a su novio que le pregunte si es verdad la calumnia. Él se lo pregunta y ella le dice que no. Tras esto, le pide que se aleje una temporada y que tras ello los dos sabrán si de verdad desean seguir adelante. Joe se marcha ante su insistencia, afirmando que volverá muy pronto.
Mientras, Rosalie se muestra nerviosa ante la perspectiva de tener que comenzar el curso en un nuevo colegio. Mientras su madre la ayuda a poner la maleta, descubre, al caérsele una caja, que su hija tiene escondidas un montón de joyas, entre ellas su polvera y la pulsera de Helen. La niña acabará confesandolo todo en casa de la señora Tilford, contandole como Mary le obligó a hacerlo. La propia Mary acabara confesando ante las presiones de su abuela. 


Karen, que cree que en el fondo su novio hizo caso de la calumnia, piensa irse en tren, algo que Martha rechaza, confesandole para su sorpresa que ella si le quiere en la forma en que ellos dijeron que la quería, y que siempre pensó que había algo anormal en ella que no supo lo que era hasta que saltó el escándalo y que ha rezado para que esto no fuera verdad. Sin embargo, lo que siente Martha por Karen no es lo mismo que Karen siente por ella, diciendo la propia Martha que la niña inventó todo eso porque debio intuirlo, diciendo además que nunca sintió algo así por un hombre.  

Los sentimientos ocultos de Martha hacía Karen

En ese momento llaman a la puerta. Es la eñora Tilford que dice tiene que hablar con ellas, contándoles que Mary y Rosalie reconocieron que todo fue mentira. También les dice que habló con el juez, y que éste celebrará una nueva vista, revocando su decisión, diciéndole además que las compensara por todo el daño.
Karen le pregunta si ha ido para aliviar su conciencia, asegurándole que no quieren nada de ella. La señora Tilford les asegura que sabe que no hay consuelo que se pueda comprar a lo que Karen le pide que se vaya, pues no desean volver a verla.
Tras esto, Karen sube a la habitación de Martha y le dice que quiere marcharse de allí con ella y empezar una nueva vida, con otro trabajo y olvidar todo lo que ha pasado y se ha dicho. Martha, tremendamente triste pues sabe que su amor por Karen no es correspondido, le dice que lo hablaran mañana. Tras dar un paseo, la señora Mortar, le pregunta a Karen si ha visto a Martha, asustándose poco después cuando la tía le dice que Martha ha cerrado la puerta por dentro. Karen llama a su puerta sin que les abra, por lo la fuerza y tras romperla, su cara de terror es indescriptible: Martha se ha suicidado, colgandose. 
Al funeral acuden la señora Tilford, Joe y la señora Mortar, a la que Karen acompaña hasta un taxi. Al finalizar el acto, Karen se marcha, siendo observada por Joe mientras se aleja con la cabeza en alto. Él no se atreverá a acercarse a ella. 


Un drama social de primera magnitud, mostrándonos de la forma más cruda posible la complejidad de los sentimientos con un tema tan tabú entonces como la homosexualidad (femenina en este caso). Grandes interpretaciones con una Shirley Maclaine y Audrey Hepburn geniales. Tremenda la expresión desencajada de Hepburn cuando ve a su amiga colgada. Sólo vemos la sombra de sus pies, pero su mirada, esa terrible mirada, lo dice todo. Una película muy oscura, pero que que luce con luz propia. 

Ficha

Dirección
William Wyler
Producción
William Wyler
Guión
John Michael Hayes
Jorge Fons
Obra: Lillian Hellman
Música
Alex North
Sonido
Fred Lau
Fotografía
Franz Planer
Montaje
Robert Swink
Escenografía
Edward G. Boyle
Vestuario
Dorothy Jeakins
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1961
Género
Drama
Duración
107’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Shirley MacLaine
Martha Dobie
Audrey Hepburn
Karen Wright
James Garner
Doctor Joe Cardin
Miriam Hopkins
Lily Mortar
 Karen Balkin
Mary Tilford
Fay Bainter
Amelia Tilford

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